Gerónimo Castillo limpiador de zapatos en el Parque Enriquillo ha sacado su familia a delante con este oficio.
Gerónimo Castillo limpiador de zapatos en el Parque Enriquillo ha sacado su familia a delante con este oficio.

Este trabajo le cambio la existencia a Gerónimo Castillo, porque el ser limpiabotas lo sacó de las calles y del vicio del cemento, y le ha permitido tener una familia

El ser limpiabotas es un oficio humilde que en la República Dominicana se remonta a principios del siglo XIX. Con el pasar de los años sigue vigente como fuente de sustento de un grupo de personas.

Al mirar la historia en Latinoamérica grandes personajes han sido limpiabotas en un determinado momento de sus vidas, tal fue el caso de Mario Moreno, artísticamente conocido como “Cantinflas”, el expresidente de Perú, Alejandro Toledo, el actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, entre otros.

La República Dominicana en este sentido no es la excepción debido a que personajes como Rafael Corporán de los Santos, que fue un importante presentado de televisión, también fue limpiabotas.

Como personajes más recientes, que en sus inicios fueron lustradores de zapatos y sus vidas fueron marcadas por este oficio están Bernardo Pie, ganador de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en el renglón de taekwondo y Fausto Javier Veloz Soriano, que es el dueño de una joyería en el Distrito de Los Diamantes de la ciudad New York.

Humilde microempresa

El oficio informal del “limpiabotas” es una muy sencilla opción de independencia para personas de bajos recursos sin capital para emprender cualquier tipo de microempresa.

Este es el humilde caso de Gerónimo Castillo, que se encuentra en el Parque Enriquillo frente a la calle Caracas del Distrito Nacional. Con una cajita de madera que dice “Dios 1ero”, donde guarda sus mariales de trabajo (líquido negro y marrón, trapo para sacar brillo, champhoo, cepillo…) este hombre cuenta su historia a elCaribe.

Gerónimo explica cómo estas herramientas marcaron su vida y lo han ayudado a salir adelante. Narra que un día salió huyendo de casa de sus padres tras recibir una golpiza (pela) de su progenitor por haberlo desobedecido.

“Yo vine al Parque Enriquillo en los 90, luego de que mi papá me diera una pela encuero, porque me dijo que no fuera a la ‘Pocita’, que está en el sector de Los Guandules, donde yo antes vivía. Yo me fui escondido y cuando papi me descubrió me golpeó fuerte y yo me fui de la casa y no volví más”, afirmó.

Continuó narrando que cuando su padre lo buscó él ya estaba sumergido en el bajo mundo con los adictos al cemento, porque tras huir de su casa se dedicó a recoger y vender botellas en las calles, oficio que narra era sumamente desagradable porque siempre tenía que estar sucio y hediendo a cerveza.

Luis Estévez tiene más de 40 años como limpiabotas en el Parque La Javilla del Ensanche La Fe .
Luis Estévez tiene más de 40 años como limpiabotas en el Parque La Javilla del Ensanche La Fe .

“Cuando era botellero andaba hediondo, con un saco de botellas encima del que chorreaba cerveza y cuando me daba el sol el ‘vajo’ era más fuerte; me acostumbré a esa vida, y sabía durar hasta un mes sin bañarme”, describió.

Cambio de vida

Gerónimo, vivió su vida de esa manera hasta que un amigo, que ya murió, y era limpiabotas le dio la idea de trabajar en lo mismo que él y así no tenía que estar con ese ‘bajo encima’, expresó.

“Me lleve de él y siendo limpiabotas me va mejor, dejé de dormir en la calle y comencé a vivir en una pensión”, dijo.

Asegura que el ser limpiabotas lo ha limpiado porque este oficio lo sacó de la calle y lo puso a vivir en una casa y hasta le ha previsto con qué sustentar y criar a su hija.

Ganancias

“El ser limpiabotas te ayuda a superar, siempre y cuando no consumas drogas, porque yo me sé ganar RD$600 los días lluviosos y hasta RD$1,200 los días normales. Yo cobro unos 50 pesos por limpia”, manifestó mientras le brillaba unos zapatos a un policía.

Su motor para seguir limpiando zapatos

En medio de esa difícil vida que llevaba Gerónimo conoció a la mujer de quien se enamoró y con la que tuvo una hija llamada Yafreisy Milagros Castillo.

Todo marchaba bien hasta que después del embarazo, su esposa comenzó a tener crisis cerebrales o convulsivas, que le causaban fuertes cambios en su conducta, razón por la que él tuvo que criar a su hija solo.

Laitiedo Cordero limpia zapatos en la calle Hipólito Heredia en el sector La Feria.
Laitiedo Cordero limpia zapatos en la calle Hipólito Heredia en el sector La Feria.

“A Yafreisy yo la crié aquí en el parque, cuando era pequeñita yo la colocaba en el piso con tres cartones mientras limpiaba los zapatos, los cueros (prostitutas) de aquí me ayudaban”, declaró.

Expuso que en ese tiempo recibió muchas ofertas de personas que le ofrecían comprarle la niña, pero dijo que nunca lo pensó porque él no estaba en drogas para vender su hija.

Ya han pasado 22 años desde que Gerónimo Castillo tomó la decisión de ser limpiabotas para cambiar su vida. Hoy en día su hija tiene 14 años y está cursando el bachillerato. Además su esposa regresó tras recibir un tratamiento médico que le permite estar lúcida.

Así como él son cientos de hombres y mujeres que han encontrado en la caja de limpiabotas el sustento para sus familias.

Limpiabotas: oficio que sustenta familias

Miguel Rosario mantiene a sus dos hijos limpiando zapatos en la av. Máximo Gómez.
Miguel Rosario mantiene a sus dos hijos limpiando zapatos en la av. Máximo Gómez.

Otra vida que el oficio del lustrador de calzado ha impactado es la de Miguel Rosario, cariñosamente “Míguelo”, quien por más de 40 años ha trabajado como limpiabotas en la avenida Máximo Gómez casi esquina Nicolás de Ovando.

Miguelo tiene dos hijos de edades de 8 y 10 años y asegura que lo ha mantenido con este humilde oficio.

 “Con lo que yo me gano como limpiabotas yo pago préstamo, dejó un diario en mi casa, mantengo a mis hijos y todo lo que se compra en mi casa sale de este negocio”, aseguró el limpiabotas.  

Así como la historia de este hombre son cientos de hombre y mujeres que han encontrado en la caja de limpiabotas el sustento de sus familias. De igual manera muchos son los menores de edad que recurren a este oficio para conseguir dinero para salir adelante.  

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