Hemos querido presentar una gráfica para que entendamos el grave daño que le están haciendo al comercio formal las compras libres de impuestos que se hacen vía el Internet. Nunca nos hemos opuesto a que el consumidor pueda usar esta facilidad; lo que sí entendemos que crea una competencia desleal es el hecho de que las importaciones del comercio formal pagan un 38% de impuestos, cuando por medio de esta facilidad todo el que importe por debajo de US$200.00 no paga arancel ni Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS).
Podemos ver cómo viene creciendo este negocio cuando en apenas dos años se multiplicó por 3.53 veces. De mantenerse ese ritmo podríamos esperar que en los próximos cinco años se multiplique por 8.85 veces, con lo cual pasaría de 737 millones a 6,522.45 millones, llegando a representar un 4.6% del producto interno bruto del país.
Lo peor de todo es que esto significa una pérdida de ingresos de unos cinco mil millones de pesos para el fisco, pero para el año 2018, a precios constantes, significaría una pérdida de ingresos para el Estado de 44,250 millones de pesos. Con esa suma es mucho lo que el Gobierno podría invertir en áreas prioritarias como salud, educación, viviendas e infraestructura.
Es preocupante que en comparación con economías mayores que la nuestra el impacto como porcentaje del producto interno bruto sea mayor, además hay que recordar que el comercio formal paga todos los impuestos sobre las importaciones, y tiene la carga social mayor de la región, costos de transporte y costo de combustibles y electricidad por encima del promedio regional. De no cambiar esta tendencia la capacidad de generar empleos del sector comercial se irá deteriorando.
Solo para un ejemplo: entre Plaza Central, Acrópolis, Blue Mall, Ágora, Galería 360 y Sambil los empleos directos son cerca de 15,000. Si contamos todas las plazas del país deben ser mayores de 100,000 directos y si contamos que cada empleo directo genera cuatro indirectos estaríamos afectando 400,000 empleos.
A esto hay que agregar dos factores: solo se beneficia la parte de la población que tiene acceso a Internet y que la mayoría de los empleados de tiendas son jóvenes que sustentan sus estudios y gastos con el sueldo que perciben o son un apoyo al presupuesto familiar.
Sabemos que una parte importante de la población se beneficia de esto, pero esa es también la parte de la población que aprovecha las comodidades de las plazas para ir al cine, para pasear, para comer, llevar sus niños a las áreas de juego y todo esto puede desaparecer.
Como todo en la vida debe tener un equilibrio, mi propuesta sería que se les cobre ITBIS a estas importaciones, estarían economizándose el arancel y que a la vez a las ropas, calzados y carteras se les reduzcan los impuestos de aduana, que ahora son del 20%, a un 15%.
Evitemos perder más empleos y que esa inversión millonaria en centros comerciales se convierta en pasillos vacios y locales cerrados.