Un cuarto refuerzo

Hace un par de días leí que Maurice Carter jugará en calidad de nacionalizado con los Metros de Santiago en el próximo torneo de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) y recordé lo absurdo de la medida que data desde la temporada anterior.

Hace un par de días leí que Maurice Carter jugará en calidad de nacionalizado con los Metros de Santiago en el próximo torneo de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) y recordé lo absurdo de la medida que data desde la temporada anterior.

No encuentro pie ni a cabeza para permitir un “cuarto refuerzo” disfrazado en una liga que oficialmente sí tiene como reglamento el uso de tres jugadores en este rol, algo con lo que tampoco estoy del todo de acuerdo.

En 2011, cuando se permitió esta última medida, pensé que iba a ser una cuestión transitoria como se informó en su momento, pero todo parece que la cúpula de la liga le tumbó el pulso al entonces comité ejecutivo de la Federación Dominicana de Baloncesto (Fedombal).

Pero más que eso, el hecho de permitir también un jugador nacionalizado, que también viene desde 2011, es una medida que va en contra de los propios jugadores dominicanos, es una plaza menos de trabajo para los basquetbolistas criollos.  Más de acuerdo no podría estar con la medida que tomó el actual Comité Ejecutivo de la Fedombal de grabar a los equipos de la LNB con 1,500 dólares por cada jugador nacionalizado que un conjunto ponga en el tabloncillo.

Si no se actúa así, en pocos años esa situación se convertirá en un relajo, a pesar de la enorme cantidad de dinero que un equipo invierte para nacionalizar a un jugador, la mayor de las veces proveniente de los Estados Unidos.

Reconozco la noble intención que tienen las franquicias de la liga de ofrecer un espectáculo de calidad, pero es obvio que situaciones como estas afectan a los jugadores locales y entiendo que hay otras maneras de cumplir esa meta.

 Gracias a Dios la idea que en principio se quería de jugar con tres refuerzos, un nacionalizado y un comunitario nunca prosperó.

Siempre he dicho que la LNB es el futuro del baloncesto en República Dominicana, pero es obvio que tiene que quemar etapas y atender algunos asuntos que siempre serán una amenaza como el tema de los salarios.  Ayer, por ejemplo, me enteré que un jugador criollo está pidiendo 40 mil pesos por un juego ¡Dígame usted!

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas