El pasado jueves, en los Estados Unidos se celebró el Día de Acción de Gracias, para mí una de las celebraciones más hermosas que pueden tener lugar en el mundo.
Es una de esas festividades que, de llegar a ser nuestra, sería una de las mejores adaptaciones que podríamos hacer.
Thanksgivins, es la ocasión en que la familia se reúne, comparte una cena y da gracias por todo lo vivido durante un año.
Es la más bella muestra de gratitud y de esperanza de que todo sea cada día mejor.
En lo personal, siento que es bueno todo lo que implique estar cerca de las personas queridas, sobre todo de la familia, no simplemente al lado de quienes queremos, sino de quienes nos devuelven lo mismo que les damos.
Aunque siempre nos quejamos y nos lamentamos por las cosas malas que nos ocurren, las personas con más fe han aprendido y han tratado de enseñarnos a dar gracias por todo, por lo bueno y por lo malo. Eso lo he aprendido, aunque a veces me ha costado entender por qué me han pasado cosas que entiendo que no merezco.
Sé que las cosas malas siempre podrían ser peores y que por alguna razón no pasan a mayores.
Aunque a veces, siendo muy malas las situaciones, al final nos dejan una buena enseñanza. Agradecer siempre es bueno.
Soy agradecida, me siento agradecida y más que eso, bendecida.
La mejor forma de agradecer es valorar lo que recibimos, dar a los demás aquello que quisiéramos que nos den y tratarlos con el mismo amor y consideración con que ellos nos traten, eso es ser agradecidos.
Por eso, creo que el Día de Acción de Gracias es una buena ocasión, incluso para reconocer y tratar de corregir algunas de nuestras fallas. Por ejemplo, en mi caso, debo admitir que hay muchas cosas de mi carácter que debo aprender a dominar, claro, sin dejar de ser sincera, sin dejar de expresar lo que siento, tal y como lo siento, sin preocuparme si le va a gustar o no a los demás. Decir mi verdad.
Algunas veces he pensado que los excesos de franqueza, honestidad y sinceridad no son dignos de estos tiempos, pero no está de más de vez en cuando hacer la diferencia.