Santiago. El alto costo que contempla reponer o colocar las tapas metálicas para registros, así como parrillas, filtrantes e imbornales, sustraídas en calles y avenidas de Santiago, genera la preocupación de las autoridades y malestar entre choferes del transporte y de peatones.
Se estima que reponer cada tapa, su costo unitario es de doce mil pesos, lo que constituye un negocio lucrativo para quienes las sustraen y las compran..
Recientemente la entidad acuífera informó que tiene un registro de alrededor 3,000 tapas faltantes del alcantarillado sanitario. Si se multiplica por doce mil pesos cada una, entonces el monto en pérdidas asciende a 36 millones de pesos.
Preocupada por el auge de los robos, la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) denunció recientemente de dichos robos ante los organismos de investigaciones competentes y pidieron dar seguimiento para saber quiénes las sustraen, y quienes las adquieren.
Santiago tiene aproximadamente 30 mil registros del alcantarillado sanitario y algunas gestiones anteriores en Coraasan han intentado instalar tapas de plásticos resistentes. Sin embargo, las tapas resultan de baja calidad.
La Coraasan informó que prevé la compra de nuevas tapas para seguir mitigando la falta de ellas.
Ante la cantidad de personas que se accidentan, transportistas y motoristas, dicen que ponen en peligro sus vidas.
Mientras que propietarios de vehículos privados denuncian que el deterioro de sus unidades vehiculares obliga a gastar más dinero de lo presupuestado en la reparación de sus carros.
Víctimas de accidentes dicen que padecen de lesiones permanentes tras caer en un imbornal. Otros expresan que tienen invertir grandes sumas de dinero para reparar sus vehículos.
Esta vieja práctica de sustraer las tapas, se ha constituido en un dolor de cabeza para las autoridades de la entidad acuífera, debido a que destinan sumas millonarias.