Victoria Villarruel (sus seguidores la llaman Vicky) es la actual vicepresidente de Argentina. Antes de serlo era diputada.

Tiene 48 años, es abogada, católica (suele ir a misa), técnica en seguridad urbana y portuaria, y activista anti terrorista. Apoya abiertamente al partido Vox en España.

En el año 2011 llama la atención ante el Oslo Freedom Forum por tratar de desmentir la historia oficial de la Argentina moderna, y propugnar por una “memoria completa”.

Para Victoria Villarruel se cargó furiosamente en contra de los militares, pero se omitió (y se sigue omitiendo) el accionar terrorista de grupos guerrilleros apoyados por Fidel Castro y los inmerecidos indultos que recibieron. Como se pasa también por alto el sufrimiento de sus víctimas y sus derechos.
Está en contra del aborto, el matrimonio igualitario y la ideología de género.

Se desempeña además como presidente del Senado (acaba de echar a tres agentes de la cámara alta por ausentismo injustificado), y desde allí quiere dejar su propia huella, sobretodo en lo que concierne a reparar a las víctimas olvidadas. La comienzan a llamar “la dama de hierro”.

Sin embargo, también se presenta en fiestas populares y en los supermercados a hacer sus compras, como una ciudadana más, y trata de dar un semblante humano y de solidaridad ante los ajustes irremediables que ha tenido que llevar a cabo Milei, y sus tristes consecuencias inflacionarias.

Mujer inteligente y valiente, atractiva por demás, de las que se califican como “empoderadas”, no se identifica para nada con el absurdo movimiento feminista de hoy.

Existen rumores que Milei y ella comenzaron a distanciarse (parece que es tradición eso en Argentina, la tensión presidente-vicepresidente).

En un principio se creyó que el presidente la pondría en frente de las áreas de Defensa y Seguridad (esto hubiese implicado que dirigiera las Fuerzas Armadas del país), pero la desplazó para poner a su aliada Patricia Bullrich.

A pesar de esto, Villarruel se autoadjudica funciones en esas áreas, y se dice que ha sostenido reuniones a escondidas con Macri (ella lo desmiente y se molesta cuando se duda de su lealtad hacia Milei).

El tiempo dirá qué tan ciertos son estos rumores, y si Villarruel será una piedra en el zapato, una causa desestabilizadora, un personaje insidioso dentro de la política argentina, o una aliada incondicional y útil al proyecto de Milei, que tan esperanzados tiene a los argentinos y latinoamericanos sensatos, hastiados de los estragos del populismo izquierdista.

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