Uno de los temas relacionados con la planificación y el futuro del turismo y la inversión en el sector que se abordó en el desayuno-coloquio de la Cámara Oficial de Comercio de España en República Dominicana, es la amenaza que representa el alquiler de viviendas de corto tiempo para fines turísticos, y su potencial de impacto negativo en la sostenibilidad de nuestro desarrollo turístico. Es una actividad creciente. En los años 2010-2019 la cantidad de turistas que utilizaron hospedaje no hotelero no pasó del 10%. La llegada de turistas reportó un crecimiento anual promedio aproximado del 2%. Pasó de 4.1 a 6.4millones.

Fue un incremento sostenido de las llegadas de turistas internacionales por vía aérea, que registró un descenso de alrededor del 2% en el 2019 por el impacto negativo que provocó en nuestro principal mercado, Estados Unidos, la difusión de información negativa en pocas semanas, sobre un supuesto “asalto” a una agente de seguros en el jardín de un hotel, y pocos días después la muerte de un turista atribuida al supuesto consumo de “ron adulterado”, ambos procedentes de Estados Unidos. Estos hechos provocaron 22 millones de menciones negativas para el país en canales digitales estadounidenses.

En período 2011 – 2019 el alojamiento extra hotelero de los turistas internacionales en el país solo superó el 10% tres años. 10.8% en el 2011; 11.3% en el 2012, y 10% en el 2016. Los demás años se movió entre el 6% y 9.9%. Fue notablemente bajo en el 2017 y 2018 que se colocó en el 6%.

Este alojamiento extra hotelero se atribuía entonces, primero a los turistas de origen dominicano con pasaporte de otros países que se alojaban con familiares y amigos, y a turistas internacionales que usaban apartamentos y villas propios o alquilaban en residenciales turísticos que ya se colocaban en los mercados por diferentes vías.

Nuestra explosión del negocio de alquiler vacacional comenzó a crecer notablemente a partir del 2020, cuando llegó al 16.2% y en el 2021 al 28.5%, ese año recibimos 3.6 millones de turistas internacionales y solo el 9% dijo que venía a República Dominicana a visitar a amigos y parientes. En los meses enero-octubre del 2023 acudieron a alojamientos no hoteleros el 26.7% de los 6.5 millones de turistas internacionales recibidos.

El grave problema que plantea este negocio no es el impacto de una competencia desigual a la hotelería formal. Lo que sí está en juego es la calidad de la oferta y la ausencia de garantías para el turista que contrata un servicio no regulado, ni supervisado, de cuya calidad nadie responde.

La experiencia del 2019 es un aviso. Dos incidentes en hoteles que a pesar de tener una explicación racional, costaron 22 millones de menciones negativas y una caída de la demanda. En Estados Unidos y Europa están poniendo orden en este nuevo mercado. No esperemos más. Ya tenemos más de 100 mil habitaciones en plataformas de alquiler vacacional.

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