¡Hola, querido lector! Crear hábitos de lectura nos abre muchas puertas: las del entendimiento de otros espacios que no son los nuestros y profundizar con ello nuestros conocimientos.
Es un poco frustrante ver que en países como el nuestro desde el sistema educativo no se implementen campañas para crear conciencia sobre la importancia de crear hábitos de lectura desde los hogares, las escuelas y así implementarlos en nuestra cotidianidad.
Cuando tenemos el privilegio de escuchar lo bien que se expresa alguien, empezamos a admirarle y se siembra en nuestra mente la certeza de que esta persona ha dedicado parte importante de su tiempo a educarse, no necesariamente adquiriendo títulos, porque muchas figuras nos han demostrado que es una decisión personal formarse hasta por iniciativa propia.
¿Qué libro estás leyendo ahora? Puede ser una pregunta que sorprenda a cualquier ciudadano de países como el nuestro, en vía del subdesarrollo, porque lastimosamente carecen del tan beneficioso hábito de leer.
Al pasar páginas en modo clic, me quedo con algunos de los beneficios que nos aporta la lectura, esa herramienta que nos abre tantas puertas hasta para cultivar una inteligencia emocional ante situaciones de la vida diaria.
Leer nos ayuda a ejercitar el cerebro, fomenta la curiosidad, aumenta la concentración, mejora la capacidad de comprensión, desarrolla la creatividad, entretiene, ayuda a desarrollar mejor el lenguaje, aumenta la capacidad de memorizar, ayuda al desarrollo de las habilidades lingüísticas, nos transporta a lugares inimaginables, es beneficiosa a toda edad y muchas cosas más.
Leyendo un artículo en la página de la Universidad de los Andes, comparto lo que nos dice al respecto la neuróloga Carolina Oelker, quien señala que tener como hábito el leer “estimula la empatía y aumenta la reserva cognitiva”. Además, nos cuenta que leer contribuye a mejorar la calidad del sueño, debido a que disminuye el estrés y relaja.
“Lo realmente importante es dedicar todos los días, aunque sea un rato breve, a la lectura. De esta manera, nuestro cerebro se mantiene activo. Hay que considerar que más que la cantidad de tiempo dedicado, hay que convertirlo en minutos de calidad, entender lo que leemos y disfrutarlo”, es lo que señala en el referido artículo la Dra. Oelker.
Finalizo aconsejando lo que no me canso de repetir desde que comencé a escribir esta columna: ¿Quieres tener buena ortografía y ampliar tu vocabulario?, pues dedícale un momento a la lectura en tu día a día y verás la diferencia.
¡Gracias por leerme!