Se inicia el año escolar y, con ello, vemos nuestras calles más congestionadas, por lo que todos decimos: “es que empezaron las clases…” Me han expresado algunos padres que necesitan descansar, debido al agotamiento por la diversidad de actividades realizadas durante las vacaciones.
Es buen momento para organizar cómo van a manejar este tiempo, para que conjuntamente con las actividades de trabajo el día a día no se convierta en motivo principal de angustia dentro del hogar para todos los miembros de la familia. Sumadas a las curriculares, les inscriben en algún idioma y a veces más de uno, etiqueta, deporte, con la finalidad de que “estén ocupados” y no en la casa, quizás acompañados por un servicio que no les aporta nada. Muchos padres me consultan al respecto, en busca de respuesta de qué es lo mejor, en vista de que su ausencia por largas horas de trabajo les impide dar más tiempo a sus hijos.
Hoy quiero señalar un aspecto importante, que va en contra de la formación de los hijos, y es la acumulación de conocimientos. Vivimos en un momento histórico, donde el conocimiento y la preparación intelectual se han convertido en base principal para todos. Si bien es cierto que dada la globalización éste es necesario, es también muy cierto que debemos evaluar hasta dónde arropamos a nuestros niños, de una manera que más que aprender les evitamos la oportunidad de un desarrollo emocional equilibrado. Conozco casos tratados por ansiedad, donde son ellos los que dan la señal de alarma, al expresar que no pueden disfrutar de su familia por estar toda la semana fuera de casa.
Hay algunas preguntas que serán idóneas, ahora que empieza el año escolar, las cuales pueden responder inquietudes comunes a muchos padres: ¿Qué tiempo estás con tus hijos? ¿El corto momento es compartido con ellos? ¿Te has cuestionado si les permites estar con ellos mismos o están tan ocupados que no pueden ni pensar? ¿Interactúan entre sí con sus hermanitos en casa? ¿En su escaso tiempo disponible del día, siguen sin pensar, solo entretenidos con algún equipo tecnológico?
Estas son preguntas a evaluar por todos. Buen momento para hacer algunos cambios de paradigmas que sólo llevan a las familias a convertirse en islas dentro de un mismo techo. Es hora de permitirles a ellos la oportunidad de sentir: SOMOS UNA FAMILIA.