Agradezco la invitación que me hace el “Foro Mujeres en Defensa de la Vida y la Familia” hoy, 01 de noviembre del 2022, para hablar de “Empresa, mujer y familia”. Estos son tres temas transversales de los que se puede hablar mucho y desde muchos puntos de vista.
Hoy le he pedido a un grupo de ejecutivas con las que tengo el honor de trabajar en la Central Termoeléctrica Punta Catalina, que me acompañen. La vida me ha dado la oportunidad, sin buscarlo, de trabajar en el sector público. Muchos entienden que el sector privado es más eficiente y lo es en algunos casos, por situaciones que no tienen que ver con la capacidad de los colaboradores, pero sí sé que, en muchos casos, como estas excelentes colaboradoras que hoy me acompañan, que hay un sentido mayor de compromiso.
Recuerdo la primera semana que nos mudamos a nuestra oficina actual, llegué un día cerca de las siete de la noche y me encontré con todo el personal directivo trabajando. Nadie les había pedido quedarse, cada uno tenía clara la idea de la importancia de su trabajo en la generación del país.
La mujer es madre ante todo y uno de estos días al llegar a visitar a mi madre, que aún con sus noventa y seis años lee las poseías de Salomé Ureña, me permití copiar esta estrofa de la poesía “Madre”, que describe con ternura lo que es ser mujer: “La voz escucha del pecho amante que hoy consagra su inspiración, a ti que aún eres tierna, incesante, de amor sublime de fe constante, raudal que aliento da al corazón”.
Hoy en día la proporción de mujeres en cargos directivos está creciendo considerablemente en nuestro país y en el mundo, eso es por una razón y es la capacidad de la mujer de hacer varias cosas al mismo tiempo, algo de lo que los hombres no somos capaces y por eso tememos al erróneamente llamado sexo débil.
El liderazgo de la mujer hoy en día trae consigo determinadas características como: habilidad para escuchar, empatía, el deseo de formar consenso, la orientación a las personas, la tendencia a la cooperación y la atención al riesgo.
Así mismo, las empresas que apuestan por ofrecer posiciones relevantes a las mujeres no sólo incrementan su rentabilidad y productividad sino también que ganan mayor creatividad, innovación y apertura. El liderazgo femenino es inclusivo, ocupa posiciones de apoyo frente a áreas estratégicas tradicionalmente ocupadas por hombres
Cada vez es más frecuente ver como primeras mandatarias a mujeres. El caso más reciente es el de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, pero ya Inglaterra tuvo a Margaret Thatcher, Chile a Michelle Bachelet, Alemania a Angela Merkel, Golda Meir en Israel, así muchas primeras mujeres más que han sido ejemplo en la dirección de sus países.
El papel de las mujeres en las empresas familiares resulta muy importante, posición de líder en la gestión del hogar ha trascendido a una posición de líder empresarial, en la que se destacan sus características en el rol familiar y organizacional. La lealtad, la preocupación, la sensibilidad a las necesidades de los demás, el desempeño ante problemas y conflictos, reflejan un estilo de liderazgo global.
Podemos tener muchos ejemplos de empresarias exitosas en nuestro país, muchas cabezas de grandes negocios, las vemos en las páginas de la revista Mercado, pero prefiero presentar casos de éxitos como el de doña Irene, a quien tuve el placer de conocer, pequeña empresaria, que no sale en medios de comunicación, pero emprendedora como cualquiera, que ha recibido el apoyo de Hábitat para la Humanidad para mejorar su colmado y su sueño es crear una cadena de colmados para que toda su familia pueda desarrollarse.
Esto no quiere decir que aún a las mujeres les falta luchar para la igualdad, son discriminadas muchas veces con los salarios o con leyes ridículas, como las de no poder heredar, no abrir cuentas de banco sin autorización del marido, no poder divorciarse.
Para seguir con los demás temas, termino diciendo que no estoy de acuerdo con aquello de que detrás de un hombre exitoso existe una mujer extraordinaria, creo que es una aseveración machista.
Entremos ahora a un terrero movedizo. Mi esposa me advirtió de él, el aborto. Soy defensor de la vida, siempre recuerdo que mi suegra me contaba que al estar en estado de mi esposa debió sufrir una cirugía de apendicitis, en una época de muy poca tecnología y con anestesia general. Los médicos recomendaron un aborto, a lo que ella, católica de fe profunda, se negó. Gracias a que ella creyó en el derecho a la vida hoy tengo la compañera ideal, seis hijos, seis bellas nueras y dieciseis nietos.
Muchas veces me han preguntado sobre las tres causales y confieso que si tengo segundos pensamientos de una de ellas es de la violación, siempre que se use las pastillas del día siguiente. Sé que la iglesia no la acepta como una razón de interrupción del embarazo.
Una sociedad sana necesita de familias sanas, por eso es recomendable que el seno familiar sea potable, para que el producto de estos sea beneficioso en la adultez. Podemos decir que la lámpara luminosa del círculo familiar es la mujer. Es ella la que, con su capacidad de llenar su hogar de cariño, serenidad, pureza, sinceridad y confianza, puede iluminar el espacio intelectual, cultural, religioso y los diálogos políticos y sociales.
La familia enfrenta un reto muy difícil, las políticas sobre respeto a la diversidad parecería que se quieren concentrar únicamente en el tema de la sexualidad. Hoy en las sociedades más desarrolladas, especialmente nuestro gran vecino del norte, parecería que una credencial para un empleo más fácil es ser gay o lesbiana. Entendiendo que por muchos años fueron denostados por la sociedad, pero igual que la comunidad LGBT, de la misma forma lo han sido muchas otras minorías que hoy parecen no tener igual atención.
Continúa…