Tras el inicio oficial de la precampaña política, al completarse las tres semanas, se observa en la política local una especie de España Boba (Periodo de 11 años de la historia caracterizado por la indiferencia de España a Santo Domingo). Aunque hay cosas que siguen como antes, por ejemplo que el PLD no para de perder dirigentes y el Gobierno conquista alcaldes de la oposición.
Las dos razones fundamentales que inducen a esa pasividad política que se percibe, no de activismo sino en la evolución de los acontecimientos, son las conversaciones entre los distintos partidos para fines de alianza y la indefinición de las candidaturas por diferentes motivos, en casi todos los partidos.
Las conversaciones sobre alianzas entre los partidos opositores y la gran reserva de candidaturas que hizo la FP, que luce con la mayor fortaleza en el bloque opositor, han generado incertidumbre entre los aspirantes a distintos cargos en ese partido. Esa realidad unida al relato que martilla con insistencia el PLD de que quieren una alianza que no termina de concretizarse, mantienen más en expectativa que en acción a los aspirantes.
Pero la FP no es el único caso. El PRM tiene un verdadero reto para definir la candidatura a la alcaldía de la capital. Tras conocerse que la actual incumbente, Carolina Mejía, estaría radicalmente negada a repetir en el cargo, el PRM tendrá que “fabricar” una candidatura a vapor.
La realidad es que ese partido no ha perfilado ningún dirigente que sustituya a Carolina y solo faltan poco más de seis meses para las elecciones de febrero.
Objetivamente, si Carolina finalmente no asume la boleta del PRM, no está muy claro que ese partido pueda preservar la plaza. Todas las mediciones dan cuenta del crecimiento que han tenido los verdes en el Distrito Nacional, y mientras el PRM pasa el periodo de “España Boba” Rafael Paz, que encabezará la boleta de la FP, está tirado a la calle. En política subestimar siempre es un error.
En el periodo de España Boba de los verdes, se habla de que proclamarán primero varios aspirantes a senadores, un desatino, porque todavía en el calendario febrero está antes que mayo.