Bajo una nomenclatura de términos para evadir, en lo formal, la ley por segunda vez, ya lo hizo en 2022, el PLD ha dejado abierto el proceso de inscripción de precandidaturas para escoger la candidatura presidencial en el primer trimestre del próximo año, a pesar de que la Ley 33/18 tiene pautado ese evento político para octubre de 2027.
Como en el PLD todo es teatro, para el acto de la escogencia de la candidatura, se necesita un elenco de actores principales. Ahí está el problema, parece que dirigentes con papeles protagónicos como Abel Martínez, Francisco Domínguez Brito y Margarita Cedeño, no van a escena, al menos, no por ahora.
Hasta el momento, Francisco Javier García es el único integrante de los protagonistas principales que ha salido al escenario, pero necesita al menos uno o dos para que el montaje pueda ser creíble, atractivo y como hecho político, legítimo.
De hecho, la comisión de arbitraje y unidad ha iniciado una agenda de reuniones con los presidenciables. El primero fue Abel, luego Francisco y ya tendrán otros encuentros, según han informado algunos de los comisionados.
García, con fama de ser el mejor jefe de campaña y político con muchas horas de vuelo, parece que en esta ocasión la tendrá difícil. No se sabe a ciencia cierta cómo fue que llegó a un acuerdo con Danilo Medina para, entre ambos, repartirse lo que queda del PLD, uno la presidencia y otro la candidatura.
García tenía conocimiento de la acción del grupo que el pasado año se declaró contrario a Danilo dentro del PLD, pero finalmente se colocó del lado del líder del PLD. El apuro de Francisco Javier ahora es que la elección de la candidatura tome forma, pero el asunto se le está complicando por falta de actores para papeles protagónicos.
De hecho, en la búsqueda de darle realismo al montaje de las primarias, figura la inscripción del desconocido Mario de Jesús Bruno González, como precandidato, pero en la práctica es algo así como un figurante, extra o comparsa.
Como la comisión de arbitraje y unidad está tan interesada en la participación, que no descarte la posibilidad de un casting para el papel de precandidato, aunque se limite a papeles de reparto y hasta secundario, porque le falta gente a la obra.