El PRD, que encabeza Miguel Vargas, tiene cuatro opciones de cómo participar en las elecciones municipales de 2024. Una es no hacer de alianzas; otra opción, hacer un acuerdo con el PLD; tercera, aliarse a la FP, y cuarta, hacer acuerdos parciales tanto con el PLD como con la FP, e incluso otros partidos.
Un acuerdo con el PRM no se plantea, porque el propio Vargas lo ha descartado y tiene un discurso de duras críticas al gobierno de Luis Abinader.
La primera opción es la más arriesgada y no hay que ser científico de la política para vaticinar un mal resultado para el cuarto partido, en tamaño, del sistema.
Si finalmente el PLD ratifica lo que dicen sus figuras más relevantes de que no hará alianza con la FP, y, por tanto, abortaría el plan del frente opositor, y el PRD hace una alianza con los morados en esas circunstancias, de lejos no parecería un camino de éxito, más bien sería tomar el camino del fracaso electoral que han recorrido los morados desde 2019.
La tercera opción, una alianza con la FP, se acerca más a lo planteado por Vargas de que apuesta a un frente de toda la oposición, pues, contrario al PLD, la FP tiene el mismo discurso de los blancos.
Un acuerdo parcial con el PLD, por un lado, la FP por otro, luce atractivo para el PRD, pero habría que ver si los verdes y morados aceptarían un pacto de esa naturaleza, pues sería todo ganancia para el PRD y pérdida para el PLD y la FP. En el peor de los casos, sería malo para toda la oposición y negocio redondo para el PRM.
Por tanto, esa opción no se inscribe en los planteamientos recientes de Vargas en los que apuesta a un acuerdo opositor en el que todos los partidos resulten beneficiados. Ese planteamiento deja entrever que el excanciller y su partido no jugarán en una estrategia que en lugar de beneficiar a la oposición genere un escenario que favorezca al partido oficial.
A Miguel Vargas, vilipendiado políticamente, de manera injusta en la mayoría de los casos, le ha faltado una oportunidad para reivindicarse. Hay políticos en oposición en deuda con él. El 2024, es el turno de cobrar, pero no en venganza, sino para ganar-ganar.