Se requiere de un vuelco en la Formación Docente en la República Dominicana. Componente fundamental para superar el círculo vicioso de la tan baja calidad de la educación-procede repetirlo constantemente- entre los últimos lugares del mundo.
Las y los docentes dominicanos han de ser los profesionales más integralmente y rigurosamente formados, lo cual es posible y además de disponer de recursos financieros para ello. Eso independientemente del grado o área que fuese de su responsabilidad en cuanto a garantizar el óptimo aprendizaje. Más aún, inclusive deberían estar preparados para ser docentes ante cualquier requerimiento en el nivel preuniversitario.
Lograr en la y el docente del nivel preuniversitario que sea un profesional de excelencia, se asocia de forma directa a las que han de ser sus competencias.
Hay que asumir el concepto apropiado de competencias. Que ha de enfocarse más allá de los criterios ideológicos o utilitaristas que distorsionan su esencia.
Una rigurosa conceptualización de competencias y al mismo tiempo de muy fácil comprensión, implica el pleno dominio de conocimientos, el desarrollo de habilidades, y el efectivo aprendizaje en cuanto a valores y actitudes; pero la gran significación de las competencias está en el enfoque integrado y dinámico de esos distintos componentes, es decir conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
Un nuevo paradigma de la Licenciatura en Educación ha de desarrollar competencias en Teoría y Práctica de la Educación, Teoría del Aprendizaje a partir de sus bases neurobiológicas y neuropsicológicas. En Métodos y Técnicas de Estudio e Investigación, Competencias Comunicativas y de Dominio del Idioma, Competencias Tecnológicas y Competencias Científicas.
A partir de las competencias fundamentales referidas hacia un nuevo paradigma de la Licenciatura en Educación, tomemos como ejemplo las Competencias Científicas, extensible a las demás competencias destacadas-.
Las Competencias Científicas implicarían conocimientos científicos, habilidades para estar en condiciones de hacer ciencia, al mismo tiempo una actitud positiva o proactiva en cuanto a la búsqueda de la verdad que le es inherente a la ciencia; además el desarrollo de valores en torno a la actividad científica que comprenden no sólo considerar sus implicaciones éticas en cuanto a las consecuencias de los resultados de la investigación, sino los valores de honestidad y responsabilidad en no alterar hallazgos, pues siempre han de estar en consonancia a lo que el propio método científico ha de generar como resultados.
Lo dicho en cuanto a las Competencias Científicas en base a conocimientos, habilidades, actitudes y valores es equivalente en las demás competencias referidas.
La superación de la tan baja calidad de la educación dominicana pasa por un total replanteo de la Formación Docente desde las competencias fundamentales.