¡Hola, querido lector! Una vez escribí desde este espacio lo fácil que era detectar las estafas a través de correos fraudulentos o enlaces que te direccionaban a ofrecer datos personales delicados, con los que delincuentes virtuales podían usar tu perfil para contactar a tus cercanos y estafarlos en tu nombre.
Pues visto lo primero, reitero en esta columna que es muy difícil engañar a quien sabe de ortografía con uno de esos correos procedentes de estafadores que carecen de una buena redacción y tienen un déficit ortográfico.
Cuando me llegan esos correos engañosos, siempre me fijo en las tildes, si están o no colocadas en las palabras que las llevan; en el correcto uso de la mayúscula, que por lo general es mal empleada por los estafadores; en la ilación de un texto y la coherencia, que a veces también falla en ellos, pero, sobre todo, en el uso de las siglas de algunas entidades que logran vulnerar para cometer sus actos delictivos.
Cada ciudadano puede identificar estos engaños si se preocupa por tener las nociones básicas de ortografía y, si agudiza aún más sus conocimientos al respecto, pues mucho mejor.
Lamentablemente el sistema educativo de nuestro país tiene una deuda pendiente no solo en mejorar la calidad educativa, a propósito de unos datos dados a conocer por el Ministerio de Educación de la República Dominicana, que nos informan que el aprendizaje en nuestros estudiantes está estancado no solo en matemáticas, sino en lectura comprensiva y en otras áreas vitales en la enseñanza. Esto es sumamente doloroso.
Pero no solo en esas áreas, las faltas ortográficas no se quedan atrás en un alto porcentaje de la población dominicana, por eso muchas personas caen en la trampa de hacer clic a cualquier enlace fraudulento porque carecen de la capacidad para detectar el engaño.
Y traigo a colación esto de nuevo, por un caso reciente que denunció la periodista Nuria Piera sobre falsificación de títulos de carreras, que involucra a la “Dra. Elizabeth Silverio”. La noticia ha calado tanto que salió a relucir en un noticiario de Telemundo, donde resaltaron las faltas ortográficas que tenían los “títulos” de la cuestionada “profesional”.
Mi intención con esta reiteración es la siguiente: que entendamos lo valioso que es escribir bien y lo que nos aporta actualizarnos en el día a día con las novedades de la lengua, porque esto nos evitará caer en muchas trampas que nos tiende la delincuencia, sobre todo la virtual.
¡Gracias por leerme!