Descubierto por el microbiólogo alemán Robert Koch en 1882, el bacilo de la tuberculosis o mycobacterium fue aislado por los biólogos Calmette y Guerin, que elaboraron la primera vacuna (BCG) en la década de los años 20.

El 24 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Tuberculosis, establecido por la Organización Mundial de la Salud para conmemorar el descubrimiento en 1882 de la bacteria, el bacilo de Koch, pero también para concienciar a las personas sobre la prevención de esta patología.

Se transmite por el aire, es altamente contagiosa pero prevenible con las vacunas, y se propaga en los sectores más vulnerables, donde las condiciones de salubridad no suelen ser las mejores.

Lo terrible y condenable de la propagación de la tuberculosis es que, con tantos años, más de un siglo, de haberse descubierto, continúe causando estragos en las poblaciones, sea por falta de campañas adecuadas de vacunación o por falta de control de las autoridades sanitarias.

Aunque se consideraba en retroceso, la tuberculosis mata cada día a más de 4.100 personas en todo el mundo, y aproximadamente 28.000 la contraen, por lo que se la considera la enfermedad infecciosa más letal del mundo.

La Organización Mundial de la Salud ha aunado esfuerzos para combatir esta terrible epidemia, con apoyo del Fondo Mundial y la Alianza Alto a la Tuberculosis para generar una mayor asistencia sanitaria, mediante una iniciativa conjunta llamada “Find. Treat. All. #EndTB”.

Esta iniciativa pone el acento en la información y control de los casos, para mejorar las tasas de detección y diagnóstico, porque en sus comienzos pasa como una tos seca, pero el bacilo puede afectar cualquier parte del cuerpo, especialmente los pulmones, y alojarse en los alvéolos, donde forma “cavernas” que provocan la tos sangrante que, sin el tratamiento adecuado, puede ser mortal.

Una parte de la responsabilidad en el avance de esta patología recae también en las campañas de los “antivacunas”, que hicieron mucho daño con su rechazo a estos tratamientos.

Una manera de conmemorar esta fecha es exigir a los gobiernos que las vacunas lleguen a todas las personas, informarse sobre los terribles efectos de esta patología, inducir a la gente a vacunarse, sobre todo a los niños, y no descuidarse ante los primeros síntomas.

Tener una sociedad más sana es un derecho y una obligación de todos.

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