La sociedad dominicana ha quedado sorprendida, impactada y entristecida por el caso de la muerte del valioso joven de 19 años Joshua Omar Fernández, en un hecho donde se vincula como uno de los responsables al joven Wesley Vicent Carmona, alias “El Dotolcito”, de 21 años, hijo del famoso influencer Vincent Carmona, mejor conocido como “El Dotol Nastra”.
Este lamentable suceso donde dos familias han quedado profundamente destrozadas, nos llama a reflexionar sobre lo que está pasando con la crianza de nuestros hijos y nietos, en estos tiempos donde se ha perdido la importancia de sembrar valores en el proceso de formación en la familia y la escuela, de disciplinar a los niños y niñas, de saber caminar de forma correcta y ejemplarizadora junto con esos seres que traemos al mundo. La realidad actual nos lleva a pensar que lo fundamental, y casi único, es darle a nuestros hijos el sustento económico, dejando de lado el aspecto moral y espiritual.
Todos los que tenemos hijos o nietos en la etapa de la adolescencia, vivimos un calvario diario. Estos tiempos nos han robado la autoridad ante ellos. Nuestras enseñanzas y consejos se convierten en una especie de “maleficio”, a los que ellos no les hacen caso y hasta se burlan de nosotros. Por eso, resulta más que necesario que los padres, madres, abuelos y abuelas de este tiempo, reflexionemos de forma profunda y busquemos la orientación clara, precisa y efectiva para criar, educar y formar a nuestros hijos y nietos en valores, con respeto y con visión clara de cómo deben manejarse en la vida.
La Biblia, ese manual de vida que tiene enseñanzas para cada momento, en el libro de Proverbios nos da una orientación de cómo educar y criar a nuestros hijos. Proverbios 22:6 dice lo siguiente: “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán”. Y en Proverbios capítulo 13, versículo 24, encontramos esta excelente orientación: “Los que en verdad aman a sus hijos, se preocupan lo suficiente para disciplinarlos”. Esto significa que quien ama y se preocupa en verdad de su hijos, debe poner todos sus esfuerzos para disciplinarlos, siempre en amor, con respeto y siendo un espejo donde ellos puedan mirarse.
De manera particular, quiero recomendar a todos mis lectores que son padres, cinco claves para la crianza y educación de sus hijos. La primera de esas claves es estar presente en la vida de sus hijos, sin importar si viven o no con ellos. Nuestros hijos necesitan tener el apoyo y la presencia de su papá que lo trajo al mundo. Y eso significa estar presente en todos sus momentos diarios e importantes, ayudarlos en sus tareas, compartir con ellos, darles mucho tiempo de calidad, no solo muchos regalos y noñerías, sino tiempo de calidad.
La segunda clave es sembrar valores en ellos. Enseñarles a respetar a los demás, a ser buenos ciudadanos, a no hablar mentiras, a no creerse superior a nadie, a practicar la humildad y la solidaridad, a respetar y amar a su familia, a su madre, a sus hermanos, a sus profesores. Estimularlos a leer, compartir la lectura con ellos e inculcar en ellos la firme convicción de que deben prepararse académicamente para poder caminar con mayor posibilidad de éxito en la vida.
La tercera clave es modelarle con el ejemplo. Nuestros hijos quieren ser como nosotros, por eso es importante que seamos un espejo donde ellos puedan verse y actuar de manera correcta como nosotros lo hacemos. No podemos pedirle a nuestros hijos que no hablen mentira, si nosotros vivimos mintiendo. No podemos pedirle a nuestros hijos que no sean violentos, si nosotros vivimos maltratando a su madre o a otras personas.
La cuarta clave es aprender a poner límites. Esta es una clave muy importante, sobretodo en este tiempo donde la sociedad quiere quitarnos autoridad como padres. A nuestros hijos no debemos darle todo lo que piden, hay que enseñarle que las cosas se ganan. Saber poner límites es hacerles entender a ellos que los amamos de verdad, pues el que ama es el que disciplina, como muy bien dice la Biblia.
La quinta clave es cultivar en ellos el amor a Dios, y el respeto y amor por los demás. Debemos sembrar en nuestros hijos el amor a Dios, el agradecimiento al Padre Celestial que nos creó y nos cuida de manera permanente. Y unido a eso, sembrar en ellos la semilla del respeto y el amor por los demás, tal y como Jesús lo hizo con nosotros. Si sabemos sembrar bien en ellos, ese amor se cosechará para todas las etapas de sus vidas.