En cada adulto mora un niño interior. Muchos lo mantienen dormido, ya sea por la rigidez de su carácter o por su personalidad. Es preciso cobrar conciencia del niño interno y mantenerlo activo a conveniencia. Este nos puede hacer feliz, amenos y con buenas emociones, gracias a la simpleza, inocencia y alegría que lo caracterizan. Pero también se podría presentar, un niño que otrora había sufrido y pretenda cobrar los sufrimientos vividos años atrás, de manera que es preciso controlarlo adecuadamente. Cuando detectamos sufrimientos o situaciones emocionales patológicas, es porque hubo un niño que antes fue abandonado, desatendido o vulnerado, entonces, ahora debe ser atendido y sanado.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas