Los dominicanos tenemos tendencia a combatir los males con soluciones fuera de los elementos que les dan origen y vigencia, bien sabemos, y particularmente la clase política. En contra de esa inclinación, la sabiduría popular postula que la fiebre no está en la sábana. Por eso ha sorprendido y comienza a desatar reacciones, la propuesta de que en una próxima reforma constitucional se establezca obligatorio el voto como medio para evitar la compra de cédulas. Como derecho y deber, el voto debe seguir siendo libre y opcional, no impuesto, pues dejaría de ser un acto de verdadera conciencia. Las malas mañas políticas hay que combatirlas de otra forma.