Un nacionalismo inclusivo

Aunque la celebración del inicio de la Restauración pasó a un segundo plano por la tragedia de San Cristóbal, siempre es una efeméride difícil de asumir por el nacionalismo chovinista obsesionado con el tema haitiano. La respuesta de ese sector de extrema derecha fue la juramentación de un nutrido grupo de ciudadanos en el Instituto Duartiano.

Los nacionalismos extremos gozan de buena salud en estos tiempos debido a la crisis económica que afecta profundamente la calidad de vida de las clases medias que siempre penden entre posturas progresistas y reaccionarias. Cuando hay crisis económicas estos sectores se suman cándidamente a la agenda autoritaria antidemocrática, al integrismo religioso misógino y múltiples expresiones de racismo y xenofobia. En Europa la proliferación de grupos de extrema derecha, algunos ya en posiciones de poder, amenaza la unidad europea, la democracia y el Estado de derecho.

Siempre la primera víctima es la vida ciudadana tolerante e inclusiva, desarrollando una fuerte tendencia a comportamientos tribales primitivos. Esto ocurre cuando el mundo está mejor comunicado y la globalización ha convertido al planeta en un solo mercado. Millones de seres humanos viven sus identidades personales en un contexto de múltiples rasgos culturales provenientes de diversas tradiciones, es lo que se llama la identidad porosa, en gran medida por los grandes flujos migratorios y la sensibilidad extendida, sobre todo en los jóvenes, por alcanzar calidades de vida que no les brindan sus sociedades de origen.

El nacionalismo tiene la virtud de integrar la diversidad existente en todas las sociedades en función de un conjunto mínimo de rasgos y símbolos, algunos muy sencillos como la gastronomía y las competencias deportivas, pero puede generar, y ese es el peligro, comportamientos xenófobos y excluyentes cuando se pretende que la identidad nacional es homogénea y obligatoria.

Labrar una identidad nacional inclusiva siempre debe partir de un reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos y la valoración de la riqueza cultural diversa de la humanidad.