El título es una sátira. Es una expresión de lo que nunca debe darse, y se dio. Es un grito con respecto a lo que aspiramos, a lo que debe ser y no es. Ah! No fue. Ya pasó el proceso y todavía quedan quejas.
En la primera parte de este artículo, iniciamos a enumerar una serie de características que debe matizar a una evaluación dentro del marco de lo científico y que no pasó en el marco de la Evaluación del Desempeño que hizo el Ministerio de Educación (MINERD), en una visita de un día, faltando al listado de condiciones que mostré en la entrega anterior y las que faltaron que escribo aquí para reflexión.
Las condiciones de ser indirecta, orientadora, crítica, funcional, cooperativa, educativa, criterial y flexible son insumos indispensables para realizar una verdadera evaluación y, así, consecuentemente, provocar reacciones referidas a evaluar las manifestaciones externas a través de las observaciones de comportamientos constatables, ayudar al evaluado en su capacidad de enseñar, a emitir juicios objetivos e imparciales, evaluar en base a una programación y con objetivos bien trazados, con la participación de todos los que intervienen en el proceso, buscando el perfeccionamiento de los evaluados, valorando sus rendimientos y sus progresos en los objetivos preplanteados y con la condición única e innegociable de ser flexible para adecuarse a las diversas capacidades, ambientes y acontecimientos inesperados. Estas y, talvez algunas que se me escapan, deben ser las acciones que se deben poner en ejecución en un año académico para poder tener insumos diferenciadores en una evaluación justa. Aquí no se cumplió con este proceso.
Habiendo faltado las autoridades educativas nuestras a estas condiciones, entonces no dan el mejor ejemplo para revolucionar esto que sistémicamente llamamos Educación Dominicana.