Se sabe que el continente americano no es el origen del hombre americano, de manera que el territorio que lleno de hombres y mujeres de culturas y lenguas muy diversas que hallaron a finales del siglo XV los europeos que arribaron a estas tierras, fue resultado de oleadas migratorias provenientes muy posiblemente de más de un origen asiático que se asentaron en este continente y tuvieron descendencia durante miles de años.

Desde América, sin embargo, también hubo migraciones importantes hacia los demás continentes de familias animales originarias de Norteamérica hace unos 45 o 40 millones de años como los Camélidos que durante el Pleistoceno que poblaron desde su hábitat nativo primero a Sudamérica al abrirse el Istmo de Panamá, y luego, cruzando el estrecho de Behring pasaron a Europa, Asia y África, donde su descendencia se hizo en extremo útil como bestias de carga y transporte e instrumentos de guerra. De los cuatro tipos iniciales que conformaban la familia Camelidae, que fueron, Titanotylopus, Megatylopus, Paracamelus y Hemauchenia, han sobrevivido los dos últimos, los que migraron, durante el plioceno y el pleistoceno. Los camélidos se extinguieron en Norteamérica, pero los de Sudamérica evolucionaron hasta convertirse en las llamas, la vicuña, las alpaca y el guanaco, mientras los migrantes a otros continentes evolucionaron para convertirse en los camellos y dromedarios de hoy día.

Una segunda familia biológica migrante es la de los équidos (Equidae) que también apareció en Norteamérica durante la misma época geológica de la aparición de los camélidos y siguió el mismo itinerario de migración hacia Sudamérica y los otros continentes que siguiron los camélidos, aunque para cuando arribaron los europeos a América, ya la familia estaba completamente extinguida en todo el continente americano, repoblándose el continente con los ejemplares equinos que trajo el conquistador español, los cuales son producto del proceso evolutivo en Europa, Asia y África de los ejemplares migrantes de América. Entre éstos se encuentran:

“El caballo (Equus ferus caballus) es un animal domesticado desde la Edad del Bronce, que a veces se encuentra en estado salvaje, de la que existen numerosas razas. Ha sido usada por el hombre como animal de tiro, de carga y como cabalgadura”.
El asno salvaje africano (Equus africanus). Se considera que hay dos especies de asnos: el asno salvaje africano (Equus africanus) y el … salvaje.

Las cebras o zebras son équidos salvajes propios de África, cuya característica más notable es su pelaje rayado característico. Las cebras son negras, las rayas que tienen son blancas y no al revés como se creía hasta hace muy poco. Genéticamente su color es el negro, y allí donde no se logra la pigmentación se forman las rayas blancas. En la actualidad existen tres especies y varias subespecies; la cebra común (Equus quagga), la cebra de Grévy (Equus grevyi) y la cebra de montaña (Equus zebra).

La denominada comúnmente «evolución del caballo» incluye todas las especies de la familia Equidae, a la que pertenece el caballo doméstico, los caballos salvajes, los asnos y las cebras, entre otras”. (https://es.wikipedia.org/wiki/Equidae).

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