Perú es uno de los países con mayores riquezas naturales y más aun de valor cultural y especialmente de su gente; pero así como otros países de América Latina, expresa peculiares contradicciones junto a trascendentales desafíos.
La época actual permite que las informaciones básicas que pudiesen expresar los aspectos esenciales o prioritarios del desarrollo de los países estén a solo algunos clics, y facilitan su estudio.
Una reciente información de relevancia corresponde a la renuncia del presidente del Consejo de Ministros de Perú el jueves 24 de noviembre, es decir la semana pasada. Al mismo tiempo se sigue ya en la Fiscalía un proceso contra el presidente de la República; pero si nos vamos más atrás solo en lo acontecido en 16 meses del actual gobierno respecto a la estabilidad de los principales funcionarios, se han dado tantas remociones que el presidente de la República ha tenido que nombrar a la fecha a 71 funcionarios, incluido el del jueves pasado.
Aun más atrás en la historia de Perú, se observa lo propio de varios países de América Latina con dictaduras y guerrillas; fuertes y frecuentes inestabilidades políticas en democracia, y ha tenido desde el 2018 al presente, cinco presidentes.
Aun con esa compleja realidad Perú ha preservado su democracia electoral.
Ha tenido Perú una gran estabilidad económica con un muy eficiente e independiente Banco Central, lo mismo que un Ministerio de Economía y Finanzas anclado en leyes muy respetadas. Tales factores explican por qué en su economía ha predominado la senda del crecimiento sostenido por 30 años, con grandes reservas en dólares, lo cual se ha reflejado en la reducción de la pobreza de un 20.3% en el 2001 a 5.8% en el 2022.
Otra lectura contradictoria por demás es que la misma inestabilidad política expresa, con sus riegos, la relevante lucha por la transparencia en la administración del Estado en América Latina. En Perú es un contundente no al pasado con cinco expresidentes entre encausados y condenados.
La triada democracia, transparencia y eficiencia se conjuga en Perú de forma muy peculiar pero aleccionadora. Respecto a la eficiencia se puede afirmar que si en las diversas áreas se logra el equivalente de eficiencia que ha logrado con su economía, auguraría en pocos años un gran salto de avance.
Una más apropiada combinación de esa triada esencial colocaría a Perú en lugares cimeros que no son los que corresponden a este año 2022 con un Índice de Desarrollo Humano-IDH- en un 8vo lugar en la región y el puesto 84 en el mundo; podría estar más allá, mucho más allá.