El anuncio de que la Alianza Opositora Rescate RD ha logrado ponerse de acuerdo en más del 90% de las demarcaciones electorales y el 88% del universo global de votantes, cambia de forma muy significativa el actual panorama electoral. Y el impacto más importante es que desde ya muestra que será muy, pero muy difícil, que el presidente Abinader pueda ganar en primera vuelta. Y si Luis no gana en primera vuelta, le será mucho más difícil obtener el triunfo en la segunda vuelta.
Desde hace unos meses el presidente Luis Abinader tenía todo a su favor en el plano electoral. El candidato del PRM y actual mandatario, como figura encabezaba todas las encuestas, con amplias posibilidades de irse en primera vuelta y su partido, el PRM, mostraba cierta tranquilidad a pesar de las dificultades de su proceso eleccionario interno. Sin embargo, la magnitud del acuerdo alcanzado por la Alianza Rescate RD, unido a varios escándalos que se han dado con funcionarios del gobierno, el aumento desenfrenado de la deuda pública, el incremento de los apagones, la caída de casi todos los servicios públicos, las graves consecuencias del mal manejo dado a la tormenta tropical que pasó por el país en el fin de semana y las duras consecuencias económicas de la desacertada decisión de cerrar la frontera con Haití, están deteriorando progresivamente la imagen del gobierno y del presidente Abinader, y se han convertido en serios obstáculos para lograr la reelección.
De manera particular entiendo que la mayor significación de ese acuerdo opositor es la visión correcta asumida por los líderes del PLD y de la FP para pactar y dejar atrás los odios y rencores del pasado reciente. El PRM y en el gobierno siempre apostaron a que Danilo, Abel y Leonel no se pondrían de acuerdo y que la alianza opositora no se concretaría. Pero, el sentido de la historia de esos tres líderes se impuso y los llevó a entender que juntos y en la misma orientación, pueden lograr el objetivo principal de los tres: Derrotar la reelección del presidente Abinader.
Con la gran fortaleza que exhibe la Alianza Opositora, al lograr pactar en las principales alcaldías del país, que representan más del 90% del electorado y donde están las principales plazas del país, resulta muy probable que la oposición pueda salir triunfante del proceso municipal de febrero del 2020, y de esta manera puedan romper la estrategia que tenía el gobierno de arrasar en las elecciones municipales para que ese triunfo se proyectara en las elecciones nacionales de mayo. Y si a esto se suma el hecho de que la oposición sigue negociando senadurías, la dimensión de la alianza podría ser de mayor fortaleza electoral al integrar nuevas provincias donde las tres principales fuerzas de oposición irán unificadas.
Con este nuevo panorama, si se da el caso de que la oposición no obtenga las mayorías de las alcaldías en febrero, quedará muy cerca del 50% y con un resultado así el gobierno tampoco podrá exhibir un éxito arrollador. Eso podría provocar un efecto derrotista en las filas del gobierno lo que incrementa las posibilidades de que Luis Abinader no pueda ganar en la primera vuelta de las elecciones de mayo del 2020.
Si tomamos en consideración que actualmente los partidos de oposición llevarán candidatos a senador en 17 provincias, lo que unifica una lucha en contra de la reelección en cada una de esas provincias, y que además el PLD y la FP, de forma particular estarán moviendo todos sus esfuerzos y recursos para quedar en segundo lugar, es casi imposible pensar que el presidente Abinader pueda lograr nuevamente la hazaña de sacar más del 50% de la votación general. Si en el 2020, con todo a su favor, incluido Leonel y la Fuerza del Pueblo como aliado circunstanciales, Luis obtuvo un 52%, resulta lógico pensar que, en este 2024, después del deterioro de la imagen del gobierno, de los problemas del incremento de la delincuencia, del alto costo de la vida, del aumento desproporcionado de la deuda pública, de la incapacidad para incrementar la inversión pública, de tener a Leonel y Abel como dos fuertes adversarios, entre otros problemas, al presidente Abinader le va a resultar muy difícil alcanzar el 50% de los votos.
Si Luis no logra ganar en primera y se produce una segunda vuelta, todo apunta que el próximo presidente de la República sería el candidato opositor que quede en segundo lugar, es decir, Abel Martínez o Leonel Fernández, ya que la Alianza Opositora Rescate RD decidió hace tiempo que todos los partidos que la conforman apoyarían al candidato que clasifique para la segunda vuelta. ¿Cuál será? ¿Abel o Leonel? Todo depende de cuál estrategia de campaña resulte más exitosa y mueva más votación a favor del PLD o de la Fuerza del Pueblo.