Esto requiere de un manejo ético en todos los procesos involucrados
Las relaciones públicas son fundamentales para la comunicación efectiva entre organizaciones y sus públicos. Sin embargo, lograr un propósito compartido exige algo más que buenas intenciones, pues esto requiere, entre otras cosas de un manejo ético en todos los procesos involucrados.
De acuerdo con la CEO y directora general de Mix Comunicaciones Heidi Matos Almánzar, la ética se convierte en la base sobre la cual se construyen relaciones auténticas y duraderas, y es crucial para cultivar la confianza necesaria para que las organizaciones y sus públicos trabajen juntos hacia objetivos comunes.
Asimismo, dijo que el propósito compartido implica una alineación entre los valores de una organización y las expectativas de su audiencia.
“Para que esta sincronización sea efectiva, las empresas deben demostrar un compromiso genuino en cada paso de su comunicación. Esto significa que deben actuar con transparencia, sinceridad y responsabilidad, proporcionar información precisa y ser conscientes del impacto de sus acciones en sus comunidades y en el medio ambiente”, explicó.
En ese sentido, resaltó que cuando las organizaciones implementan un manejo ético en sus relaciones públicas, generan un vínculo emocional más fuerte con sus públicos. Además, la sinceridad en el mensaje y el reconocimiento del valor de las opiniones de los grupos de interés crean un sentido de pertenencia. Por otro lado, indicó que la falta de principios puede frustrar cualquier intento de establecer un propósito compartido.
Consideró que las prácticas engañosas, como la manipulación de información o la falta de transparencia pueden erosionar la confianza y destruir cualquier lazo que se haya formado.
Además, en un entorno donde la información se difunde rápidamente, un solo desliz puede convertirse en una crisis reputacional que afecte no solo a la organización implicada, sino también a toda la comunidad que la rodea.
Matos Almánzar sostuvo que la colaboración impulsada por un propósito compartido se ve potenciada por un manejo ético integral. Cuando los públicos sienten que sus voces son valoradas, están más inclinados a participar en el desarrollo y la evolución de la marca.
Dijo que este enfoque colaborativo puede dar lugar a soluciones innovadoras que verdaderamente se alineen con las necesidades del público en cuestión, así como a una mejora continua de las estrategias de comunicación, adaptándose a un mercado en constante cambio.
“El logro de un propósito compartido en relaciones públicas depende en gran medida de un impecable manejo apegado a las buenas prácticas en todos los procesos. La ética no solo actúa como un protector contra posibles crisis, sino que también crea un ambiente de confianza y colaboración” explica la experta.
Buenas prácticas
Heidi Matos Almánzar consideró que cuando las organizaciones adoptan buenas prácticas y se comprometen a un propósito claro, pueden unir fuerzas con sus públicos para construir un futuro mejor. Esto no solo beneficia a las empresas en términos de éxito, sino que contribuye a un impacto positivo en la sociedad y promueve relaciones genuinas donde todos se sienten valorados y escuchados.