La alimentación en niños con autismo es un tema complejo y frecuentemente desafiante. Muchos niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) presentan selectividad alimentaria, que va más allá del típico “niño quisquilloso”.
Estas dificultades alimentarias pueden llevar a una ingesta nutricional inadecuada, con deficiencias de vitaminas y minerales importantes para su crecimiento y desarrollo. Además, las horas de comida pueden convertirse en momentos de gran estrés para el niño y su familia. Para conocer más sobre este tema, elCaribe conversó con la especialista en nutrición Wandy Mejía, quien ofreció su perspectiva y experiencia en el abordaje de estos retos nutricionales.
1-¿Podría compartir su experiencia trabajando con niños con autismo y sus familias en cuanto a la alimentación?
La selectividad alimentaria es el principal motivo de consulta, y el proceso terapéutico, junto con la aceptación del diagnóstico, genera mucha ansiedad, lo que dificulta el avance. Abordar este tema requiere una gran implicación familiar.
2-¿Qué formación específica tiene para entender las necesidades alimenticias de niños con autismo?
Como nutrióloga especializada en niños, mi enfoque se basa en años de experiencia con este diagnóstico y una constante actualización sobre la evidencia científica más reciente para ofrecerles lo mejor.
Entiendo profundamente que un niño está en pleno crecimiento y desarrollo, por lo que sus necesidades nutricionales son específicas. Mi evaluación siempre considera los aspectos individuales de cada niño, y el manejo se fundamenta en las investigaciones científicas que identifican los factores que más afectan a quienes tienen este diagnóstico.
Reconozco que cada niño es diferente y, por lo tanto, mi abordaje es personalizado, atendiendo sus necesidades particulares. Mi objetivo principal es fortalecer su alimentación para asegurar una nutrición óptima. Hay que ser un buen nutriólogo clínico.
4-¿Cuáles son los mayores retos que ve en la alimentación de estos niños?
Uno de los mayores desafíos es lograr que los padres comprendan el proceso de introducción de nuevos alimentos y la necesidad de su implicación activa. A menudo encuentro resistencia, especialmente cuando debo eliminar alimentos con poco valor nutricional, como azúcares y colorantes.
5-¿Cómo afectan las sensibilidades sensoriales a lo que comen los niños con autismo?
Bastante, es un factor importante. Los problemas de modulación sensorial, es decir, cómo el niño procesa la información que recibe a través de la vista, el olfato, el tacto y el gusto, son a menudo una causa subyacente de la selectividad alimentaria. Por ello, un abordaje integral es fundamental. La colaboración con un terapeuta ocupacional es clave para trabajar en estos aspectos sensoriales. Sin embargo, la intervención nutricional o, en algunos casos, la evaluación gástrica, son igualmente necesarias para lograr resultados significativos. No se puede abordar esta problemática de forma aislada.
6-¿Qué papel juegan las rutinas y la selectividad en sus hábitos alimenticios?
Las rutinas son bastante importantes, ya que ayudan a los niños a tener estructura y a acostumbrarse a un buen horario de comidas. Esto fomenta la exposición a nuevos alimentos y despierta su curiosidad hasta que los prueban. A esto se suman las comidas familiares.
7-¿Cómo introducir nuevos alimentos a niños con autismo?
Existe un protocolo de evaluación para descartar posibles causas que interfieran en el rechazo de alimentos, y el manejo se basa en los resultados. Es difícil generalizar, pero si todo está bien, la exposición y el modelado son un tipo de intervención que pueden llevar a cabo los padres.
8-¿Qué estrategias recomienda para que los padres ayuden a sus hijos a tener una buena relación con la comida?
Exponer, exponer. Crear momentos agradables y evitar las frases “come esto” o “¿quieres esto?”. Todo lo que implique un contacto cómodo para el niño es positivo. La alimentación es la suma de muchos pasos que involucran diversos procesos de coordinación, masticación, movimientos linguales y todos los sentidos. Para quien no tiene dificultades, es sencillo, pero cuando hay retos en el desarrollo, debemos ir un paso a la vez. Les digo a los padres: nadie entra a tu casa sin conocerla, y la boca de tu hijo es igual. Muchos comentan que antes comía bien, pero es importante entender que cada etapa del desarrollo trae consigo cambios, y ahí puede surgir una causa. Además, un malestar previo o un trauma pueden generar un reto mayor.
9-¿Cómo utiliza apoyos visuales y rutinas en las comidas?
Los apoyos visuales se utilizan de forma personalizada según las necesidades del niño. Si son necesarios, se integran en la rutina y se muestran de manera repetitiva hasta que el niño los incorpora como propios. Las historias sociales, acompañadas de apoyos visuales, también son herramientas útiles.
10-¿Qué enfoque tiene sobre dietas específicas como la sin gluten o sin caseína?
Individualizar el abordaje es crucial, ya que la evidencia científica sugiere que un porcentaje significativo de niños con este diagnóstico presenta problemas gastrointestinales. En estos casos, retirar los alimentos inflamatorios, junto con colorantes y otros productos sin valor nutricional, puede generar cambios positivos notables. Sin embargo, cada niño es diferente y la intervención debe ser individualizada y guiada cuidadosamente para evitar generar asociaciones negativas con la alimentación.
11-¿Qué consejos daría a los padres que tienen dificultades con la alimentación de sus hijos con autismo?
Es fundamental que los padres lleven a sus hijos a ser evaluados por un nutriólogo con experiencia en este diagnóstico. No se trata simplemente de eliminar alimentos; hay muchos factores importantes que deben considerarse en la evaluación y el plan de manejo.
12-¿Cuál papel juega la microbiota o flora intestinal en la mejora o empeoramiento de los síntomas de niños con trastorno del espectro autista (TEA)?
Recordar que muchos niños con este diagnóstico no se comunican verbalmente. Cada vez hay más evidencia de la relación entre disbiosis y cambios en el microbiota intestinal, así como del sobrecrecimiento de cándida. Estos aspectos deben ser abordados de manera conjunta por un nutriólogo y un gastroenterólogo, individualizando el tratamiento para cada niño e identificando el problema específico.
13-¿Cuáles alimentos inflamatorios no aconseja en niños dentro del espectro?
Generalizando, recomiendo evitar todo lo que no se siembra: colorantes artificiales, productos preenvasados, comidas chatarra, azúcares y gaseosas. Lo demás es individualizado según cada caso. Sin embargo, considero que cualquier niño, independientemente de su diagnóstico, debería eliminar estos elementos de su dieta, ya que su cerebro aún está en desarrollo.
Además, fomento pasar más tiempo en el parque y reducir al mínimo el uso de tecnología.
Es fundamental que los padres lleven a sus hijos a ser evaluados por un nutriólogo con experiencia en este diagnóstico”.