Su creación le tomó a su fundador y director 23 años, pues desde los 10 empezó a acumular estos bienes culturales

El Museo Maguá es un importante destino para conocer nuestras raíces culturales. Su colección de piezas y materiales arqueológicos muestran otro pedazo de la historia taína que nos lleva a redescubrir aspectos culturales que se habían perdido.

Su creación le tomó a su fundador y director Juan Peña alrededor de 23 años, pues desde los 10 empezó acumular estos bienes culturales que fue encontrando por el camino cuando iba a visitar a su abuela paterna.

De acuerdo a Peña: “Caminando uno sigue encontrando bienes culturales, pero lo que hacemos es que referenciamos los sitios donde hay asentamientos”.

Asimismo, agregó que para ello trabajan con el Instituto Antropológico Antillano en lo que son los campamentos de arqueologías. Además, junto con los estudiantes del Liceo Científico y de la Diáspora labora en la investigación del sitio para saber qué tan desarrollados estaban los aborígenes y qué cantidad eran.

También dijo que como Museo Maguá trabajan la arqueología experimental, con la finalidad de que dentro del espacio los estudiantes y demás visitantes además de hacer su recorrido, también pueden participar en talleres de manejo del barro, del higüero, del casabe, del chocolate, entre otras prácticas heredadas de “nuestros aborígenes para que vayan de la teoría a la práctica”.

Según explicó el fundador del museo, este centro cultural funciona con un voluntariado que entiende la importancia del trabajo y la preservación de las piezas que permanecen dentro de este espacio, pero lamentó la falta de ayuda de parte de las instituciones que tienen que ver con el tema.

“Enviamos cartas a los ministerios de Cultura y de Educación solicitando ayuda, sin que hasta la fecha hayamos recibido respuesta”, afirmó Juan Peña, en tanto agradeció el apoyo del Ayuntamiento del Municipio de Salcedo y del director de Museos Carlos Andújar, quien respondió a su solicitud, por lo que está a la espera de su colaboración.

Las salas del Museo Maguá cuentan la historia y costumbres de nuestros aborígenes en los más de tres mil bienes culturales y arqueológicos que exhibe.

En cuanto al horario de visitas, destacó que el museo hasta ahora no tiene el horario mundial de los museos que cierran los lunes, ya que por ser un equipo de voluntariado no manejan los fondos ni las colaboraciones para hacerlo. El Museo Maguá abre de miércoles a domingos de 9:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, con una pausa al mediodía para almorzar.

Salas arqueológicas

Las 6 salas del Museo Maguá cuentan la historia sobre nuestros aborígenes. En una de ellas se puede apreciar bienes culturales de uso domésticos como morteros, hachas petaloides, fragmentos de platos, burén, cuchillos de sílex, así como una amplia colección de burén, puntas de flechas y figuras como el murciélago, el maco y la lechuza talladas en piedra de arcillas y que representan la creencia del aborigen.
Además, morteros ceremoniales y para moler las sustancias alucinógenas que utilizaban para conectarse son los cemíes y predecir los fenómenos atmosféricos. Otros artículos son orejeras, sellos de alfarería, un trigonolito y figuras amorfas y antropomorfas que representan la alfarería del Maguá y sus influencias.

Otro de sus salones exhibe el canarí, que es lo que llamamos tinaja; el tabaco que era utilizado en los rituales para alejar los malos espíritus; una batea con diferentes tipos de semillas, algunas de uso medicinal y otras decorativas. De igual forma, un cartel con un solenodonte que es el animal de la isla y que está en peligro de extinción y un pilón, un utensilio que todavía se utiliza en los campos.
Afirma Peña que en otra de sus salas se explica cuántos grupos de aborígenes estuvieron en la isla, y dijo que el museo “es en honor al cacicazgo de Maguá, que era una división territorial controlada por un cacique Guarionex, que ejercía su dominio sobre el territorio.

El museo funciona con un voluntariado que entiende la importancia del trabajo y la preservación de las piezas.

Añadió que este cacicazgo ocupaba geográficamente la parte nordeste del país, incluyendo la región del Cibao, y en este territorio convivían los tres pueblos indígenas encargados de custodiar la puerta grande de la isla Xamaná. El Museo Maguá muestras también las características del aborigen que estaba en Maguá: Macorix y Ciguayo, el tercer grupo migratorio que llegó a la isla.

Durante el recorrido por sus salas se pueden observar objetos como morteros que siguen siendo de uso cotidiano, archivos, algunos dibujos de Fernando Gonzalo de Oviedo, enaguas que era la vestimenta que utilizaban las mujeres para la época y que le llamamos medio fondo. También un fotuto que era utilizado en los areitos, que en nuestra comunidad lo usaba el carnicero para comunicar cuando había carne de vaca o de cerdo.

Una de las salas de museo explica cuántos grupos de aborígenes estuvieron en la isla.

De igual forma, muestra armas de guerra como macana, hachas petaloides, arcos, un salón que habla sobre la espiritualidad, así como utensilios que presentan cómo se formó su herencia matriarcal y algunos amuletos utilizados por ellos.

Según explicó Peña, la actividad más importante que realizan en el museo es el Areito de Primavera, que contempla lo que es el manejo del barro, del higüero, talleres de chocolate, de casabe y el ajiaco, que es a lo que llamamos sancocho.

“Esta es una actividad bien bonita y familiar donde la gente puede venir desde las 9:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde y compartir, disfrutar, practicar y palpar toda esta herencia de vida que está en nuestro país”, afirmó Peña, y añadió que “de los bienes culturales más importantes que cuenta el museo es la figura antropomorfa de los gemelos, una pieza que tiene tallado dos personas, lo que en la cultura aborigen representa la dualidad de la posición taina. En la parte de afuera del museo se encuentra una canoa de 6 pies hecha de ceiba, con la misma técnica y forma ellos utilizaban.

Juan Peña, director y fundador del museo.

Un poco de historia

El Museo Maguá está ubicado en Ojo de Agua, Salcedo, Provincia Hermanas Mirabal). Hasta la fecha cuenta con más de 3 mil piezas arqueológicas.

Su remozamiento contó con la ayuda de los internos de la reforma carcelaria de Salcedo, y restauración se hizo respetando todo lo que tiene que ver con la estructura de la casa. Además le pusieron los colores originales.

También, los estudiantes del Liceo Científico y de la Escuela Hermanas Mirabal trabajaron en la museografía y en el montaje del museo en conjunto con un equipo de voluntariado, ya que el objetivo central de ellos es preservar y dar a conocer “esa herencia viva de nuestros antepasados con el respeto que merece y a la vez incentivar a la juventud, a los estudiantes y público en general a que apreciemos, conservemos y llevemos con orgullo esa herencia aborigen que todavía tenemos viva en nuestros campos.

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