En la interesante memoria presentada por el secretario de Sanidad y Beneficencia Social, Dr. M.M. Sanabria al Poder Ejecutivo en marzo de 1923, que reporta los hallazgos y situación de la sanidad, se dedican varias páginas a las enfermedades, una de las más importantes desde luego era el paludismo.

A este respecto el informe señalaba: “ Durante el pasado año de 1922 han sido informados a esta secretaría la cifra de 4275 casos de esta enfermedad y considera que es solo la mitad de los casos ocurridos. Como se verá, esta enfermedad causa numerosas víctimas en el país, y una acción enérgica será tomada por esta secretaría en este año. Como se sabe, el mosquito es el transmisor de este terrible mal y una guerra sin cuartel a esos dípteros de acuerdo con las disposiciones del Codigo Sanitario en vigor. Los mayores números de casos observados han sido en Barahona, con 1444 y en La Romana, con 932. Esto parece ser debido a los grandes desmontes que sobre terrenos pantanosos se efectúan en esos lugares, en los cuales precisamente estan ubicadas las granes factorías de azúcar del país”.

Continuaba el reporte: “Los esfuerzos de este departamento se dirijirán al que estas centrales provean a los trabajodores y peones que residan cerca de los lugares en donde se realizan estos trabajos, con la cantidad de quinina necesaria para que esta sea usada de manera preventiva. Además hay que recomendar a estas centrales el drenaje conveniente de sus terrenos. Habrá tambien que instruir al público por medio de los oficiales de sanidad acerca de las medidas que debe tomar cada individuo para resguardarse de las picaduras del mosquito, así como los medios para evitar la propagación de estos en estanques y lagunas y la necesidad de que estas sean inmunizadas covenientemente.”

“En cuanto a la zona urbana, es necesaria una acción enérgica e inmediata de los oficiales de sanidad para conseguir poner a prueba de mosquitos los lugares y sitios que puedan por su naturaleza o condición de ser criaderos de sus larvas. Sobre este particular y como medio de ilustración, me es grato transcribir el artículo intitulado Lo que puede hacer el agricultor para evitar la malaria, fruto de la observación del doctor Ezdorf, uno de los profesores más doctos de la oficina de Sanidad de los Estados Unidos de América”. En su trabajo señalaba que hay solo dos principios que tienen que ser entendidos y aceptados porque sobre ellos se basan las medidas para evitar la malaria. En primer lugar, que la malaria o paludismo se contrae solo por medio de la picada de un mosquito especial y en segundo lugar que el hombre infecta al mosquito y el mosquito, luego infecta al hombre. Era muy importante hacer estas aclaraciones para que la población entendiera que ni el agua ni el aire ni los alimentos podían contagiar la enfermedad.

Seguía explicando: “Que la malaria es una enfermedad que se debe a un parásito que habita en las células rojas de la sangre humana. Este parásito es un animalito y en esto se diferencia de los gérmenes que causan la fiebre tifoidea, la difteria y la tuberculosis. Por tanto para evitar la malaria se debe evitar la picada del mosquito. Ese mosquito pica en cualquier momento entre la puesta del sol y la aurora, aunque puede picar durante el día en sitio oscuros. El uso de cortinas, mamparas de tela de alambre y mosquiteros son recomendados para evitar estas picaduras”.

Estas medidas, explicadas en un lenguaje sencillo son siempre importantes y actuales para la población. La salud es un esfuerzo de las autoridades y de las comunidades.

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