Yorjina Morán comenzó su carrera artística escribiendo poesía, un acto que le permitió explorar y expresar sus emociones más profundas desde una edad temprana. “La poesía me llevó a un viaje hacia su interior, donde cada verso era una ventana a mi alma, en tanto que en el cine descubrí una extensión visual de mi necesidad de contar historias”, afirmó Morán, que realizó el cortometraje “Poesía”, que es una fusión de ambas pasiones. Además, seguró que la satisfacción que encuentra en estas disciplinas es inmensa, “porque ser cineasta es mi pasión y mi trabajo, una labor que me llena de vida al ver que mis ideas cobran vida en la pantalla, en tanto ser poeta es una necesidad del alma, es mi forma de vivir”. Recientemente, Morán publicó el libro “Uno a la vez”, su primera colección de poesía en la que refleja su capacidad para capturar la esencia misma del amor, al tiempo que explora sus matices y contradicciones con una sinceridad conmovedora.
¿Qué significa para ti la poesía y su proceso de creación literaria?
La poesía es más que una forma de arte; es una herramienta de liberación emocional y de exploración. Cada poema es una oportunidad para liberar mi alma y permitir que mis pensamientos y sentimientos fluyan sin restricciones, conectándome así con mi esencia más pura.
¿Qué buscas a la hora de escribir y qué te inspira?
A la hora de escribir busco crear una conexión profunda con el lector, que puedan ver y sentir el amor en todas sus manifestaciones. Me inspira el amor en sus diversas formas: el amor romántico, el amor por la familia, la amistad, y hasta el amor por la naturaleza y la vida misma. Quiero que mis lectores vean el amor desde todos los ángulos posibles. La complejidad y la belleza del amor son mi mayor fuente de inspiración.
¿Tienes un rincón preferido para escribir?
No tengo un rincón específico, cualquier lugar puede ser mi espacio de escritura, siempre que la musa me encuentre. Me gusta la idea de que la inspiración pueda surgir en cualquier momento y lugar, ya sea en mi oficina, en un parque o en la tranquilidad de mi hogar. La flexibilidad de escribir en cualquier lugar me permite capturar la espontaneidad de mis pensamientos y emociones.
¿Qué estímulo es más importante para la creación literaria, la experiencia cultural o la cotidiana?
Ambas experiencias son necesarias durante mi proceso creativo. La experiencia cotidiana me proporciona un flujo constante de material fresco y auténtico, mientras que la experiencia cultural me ofrece un contexto más amplio y una comprensión más profunda de la condición humana.
¿Crees que el poeta “evoluciona” en su escritura con la práctica?
Definitivamente. La práctica constante mejora la habilidad técnica y profundiza la comprensión de uno mismo y del mundo. Con cada poema aprendo más sobre mis propios errores y cómo superarlos, lo que me permite crecer y mejorar continuamente como poeta. La evolución es una parte natural y emocionante del viaje literario.
¿Qué lugar ocupan, para una poeta como tú, las lecturas en vivo?
Las lecturas en vivo tienen un lugar muy especial en mi corazón. Me encanta la interacción directa con el público, la oportunidad de declamar mis poemas y sentir la reacción inmediata de la audiencia. Este “feedback” del público es muy gratificante y me motiva a seguir escribiendo. Sería maravilloso tener más espacios dedicados a la poesía, donde podamos compartir nuestras obras en un ambiente acogedor, con café o vino
¿Qué opinas sobre la complejidad de la poesía?
No considero la poesía como algo complejo. Cada poeta tiene su propio estilo, y es esa diversidad la que enriquece el mundo de la poesía. La aparente complejidad radica en la interpretación personal de cada lector, y eso es lo que hace a la poesía tan fascinante. Conocer y entender las reglas del verso y luego saber cómo romperlas creativamente es parte del viaje poético.
¿Cuál es la mejor forma de terminar un poema?
Para mí, la mejor forma de terminar un poema es dejarlo abierto a la interpretación del lector, permitir que su imaginación complete la historia. Un final abierto mantiene viva la magia del poema y deja espacio para que el lector se quede con la ilusión de que siempre habrá más por descubrir.
¿Cómo cineasta y poeta, cómo te desenvuelves cotidianamente en ambas facetas, cómo sorteas las dificultades que se te puedan presentar?
Ambas facetas son como el café para mí: nunca dejo que se enfríen. Mi trabajo como cineasta es muy dinámico y colaborativo, y me apasiona ayudar a jóvenes talentos a encontrar su camino en el cine. Fundé mi propia productora, donde además de producir audiovisuales, impartimos talleres con maestros especializados para apoyar el desarrollo artístico. A pesar de mi agenda ocupada, siempre llevo conmigo algo para anotar mis pensamientos y no perder esa chispa creativa que la poesía me brinda. Esta combinación de trabajo estructurado y creación espontánea me permite balancear ambas facetas de mi vida.
Respecto al cine emprendido por mujeres, ¿es idéntico el apoyo y gozan las féminas de la misma difusión y amparo por sus trabajos y proyectos fílmicos?
No, pero cada vez hay más oportunidades para las mujeres en el cine. Sin embargo, no me dejo desanimar por estas desigualdades. Sigo mi propio ritmo, creo mis propias oportunidades y hago que las cosas sucedan. El cine dominicano está creciendo y cada vez más mujeres están impulsando el arte audiovisual. Creo firmemente que estamos cerca de alcanzar nuestras metas si cada una de nosotras sigue trabajando con determinación y pasión para hacer realidad nuestros proyectos.
Resistencia
La flexibilidad de escribir en cualquier lugar me permite capturar la espontaneidad de mis pensamientos y emociones”.
Satisfacción
Mi trabajo como cineasta es muy dinámico y colaborativo, y me apasiona ayudar a jóvenes talentos a encontrar su camino en el cine”.