El día 08 de marzo, coincidiendo con el Día de la Mujer, nuestra Universidad celebró su XXII Graduación Ordinaria y el 25 aniversario de su fundación, entregando al país 301 nuevos profesionales en diferentes áreas del saber, quienes con su elevado comportamiento ético, moral y profesional, serán los mejores promotores de esta universidad de excepción que ha ofrecido al adulto joven y maduro una alternativa diferente para su profesionalización.
Problemas de salud, ya superados, impidieron estar presente en esta graduación, pero el personal académico y administrativo, liderados por la doctora Rhina de los Santos, Vicerrectora Académica y la, licenciada Fanny Adames, Directora Administrativa, se comportaron a la altura de su deber y organizaron un lúcido acto que impresionó a la gran cantidad de personas y amigos presentes, lo que para mí no fue una sorpresa, pues a mi paso por este proyecto innovador, como es la Universidad de la Tercera Edad (UTE), he predicado con mi comportamiento y ejemplo cuál debe ser la buena conducta y la entrega que deben exhibir los que trabajan bajo mi dependencia.
En mis palabras de excusa manifesté mi complacencia de que la ministra de Educación Superior, doctora Ligia Amada Melo de Cardona, estuviera presente, quien manifestó sentirse altamente satisfecha con la organización del acto y el buen sendero que en favor de los adultos jóvenes y maduros presenta este centro de educación, al ofrecer una alternativa diferente para el adulto del siglo XXI.
Me enorgullece que la oradora invitada fuera nuestra valiosa egresada doctora Altagracia Paulino, directora de Pro Consumidor que entre otras cosas manifestó lo siguiente:
“Es para mí un gran honor el que me otorgan las autoridades de esta universidad, mi alma mater, al elegirme como la oradora invitada en esta vigésima segunda graduación ordinaria”.
“Leyendo los discursos de algunos de mis antecesores –y sólo mencionó algunos- de personalidades como nuestro cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, monseñor Agripino Núñez Collado, el doctor Juan Ramón Morel Cerda y por el entonces presidente Leonel Fernández Reyna, en la V graduación ordinaria es riesgoso, porque sé que todos ustedes se valieron de estas herramientas las investigaciones que les ha llevado a este final de un grado más en sus conocimientos y estoy segura de que seguirán otros, porque estudiar en esta universidad nos hace adictos al estudio, a la investigación y, los hábitos que adquirimos en este tiempo seguimos manteniéndolos, lo que nos empuja a hacer todas las maestrías que se nos presentan en el camino. Esto es importante hacerlo, porque con ello hacemos un gran servicio a la sociedad, comenzando por nuestras familias que le servimos de estímulo y al grupo grande como una demostración de que siempre se aprende”.
Un momento muy emotivo fue la entrega del título póstumo de la participante Ramona Elena Peña de Florencio, quien falleció después de haber terminado su carrera de Derecho, y que fue recibido por su esposo ingeniero Bernardo Florencio y sus hijos Rafael y Laura, quien se dio a querer por el trato cariñoso con los miembros de la familia uteísta.
Causó grata impresión el enjundioso discurso del participante José Colón, egresado de la carrera de Derecho, quien obtuvo el mayor índice académico de los graduados, a quien le tocó dar las gracias en nombre de sus compañeros expresando entre otras cosas lo siguiente:
“Retrocediendo al momento de tomar la decisión de ingresar a la Universidad de la Tercera Edad, debemos señalar que nos atrajo esta universidad, porque su nombre acomoda la presencia de cualquier persona de mi perfil, que se decidiera aprender en este recinto, porque el hecho de estar en la tercera edad, no era determinante, pero era un indicador de que estaríamos entre personas con cierto nivel de madurez.
Desconocíamos, sin embargo, que el método andragógico estaba concebido para construir una nueva visión de la educación fundada en la investigación y el desarrollo del pensamiento crítico, sobre los cimientos dados por la experiencia.
Cabe resaltar que la experiencia y la madurez antes señaladas constituyen dos condiciones vitales que debe poseer el aspirante a ingresar al método de estudio andragógico, el cual diseña su pénsum y articula sus programas educativos asumiendo que sus estudiantes satisfacen aquellos requerimientos”.
Por otra parte, la UTE está celebrando su vigésimo quinto aniversario, pues después de tres años observando el programa universitario para la Tercera Edad, que funcionó con el aval académico de la Universidad Eugenio María de Hostos (UNIREMHOS) donde el autor de esta entrega era su rector, el 26 de febrero de 1992 se expidió el decreto 56-92, autorizando a expedir títulos académicos con el mismo alcance, fuerza y validez que los expedidos por otras instituciones académicas oficiales o autónomas de igual categoría.
Nos vanagloriamos de que como se manifestó en otras ocasiones “la UTE ha hecho camino al andar”, habiendo entregado al país alrededor de 6,000 nuevos profesionales y me enorgullezco lo que en diferentes ocasiones me han manifestado experimentados miembros del Poder Judicial que los abogados egresados de la UTE se desenvuelven con gran capacidad y experiencia y muy mesurados en el tratamiento personal y verbal con los abogados y personas contrarias en los casos que les toca defender, también he recibido manifestaciones sinceras del sector privado, particularmente de sus empresarios que me manifiestan que sus mejores empleados son los egresados de la UTE.