Visiones de la misma realidad

Bartolomé de las Casas o Casaus como él mismo se llamaba era hijo del aventurero sevillano Pedro de las Casas que acompañó…

Bartolomé de las Casas o Casaus como él mismo se llamaba era hijo del aventurero sevillano Pedro de las Casas que acompañó a Colón en 1493 a la Española y con él retornó a España llevando un indio, regalo del almirante que a su vez regaló al hijo. Bartolomé se graduó de abogado en Salamanca a la temprana edad de 17 años, e inmediatamente, en 1502, emprende viaje de aventurero, junto a su padre, en el mismo buque que trajo a Santo Domingo a Frey Nicolás de Ovando.

Como soldado, por órdenes de Ovando, combatió a los indios durante ocho años, recibiendo como encomendero, tierras e indígenas para cultivarlas. Viajó brevemente a España, tal vez con el propósito de tener como religioso un mayor estatus, que en 1507 se le concedió porque sus estudios en Salamanca cumplían los méritos previos a ser ordenado sacerdote diocesano, el primero de la Española y del Nuevo Mundo. Como el indígena regalo de su padre le enseñó el idioma taíno, pudo incorporarse al Convento de los Dominicos como traductor e intérprete de los sermones de los dominicos en favor de los aborígenes.

Cuando Velázquez parte de la Española a la conquista de Cuba, pide a Bartolomé que lo siga, ofreciéndole jugar un importante rol, inicialmente nombrándolo capellán. Allí recibe tierras e indígenas en encomienda, como cualquier encomendero. Sobre ésto, dice un biógrafo suyo: “recibió nuevos indios y tierras, a los que trató siempre con bondad, pero vio que los demás (encomenderos -paréntesis mío-) no eran así, sino que los hombres perecían en las minas, las mujeres eran abusadas, ancianos y niños morían de hambre y familias enteras se suicidaban para escapar a la brutal explotación”.
“En Pentecostés de 1514 renunció públicamente a sus encomiendas y empezó a predicar contra todo aquel sistema”.

Pero Oviedo, en desacuerdo con Las Casas y su descripción de mansedumbre, dulzura y disposición de los indios de aceptar a Cristo como su Dios, porque vivió su bravía, sus flechas envenenadas y su rechazo al dios de los blancos, decía de ellos… “esta gente… es ociosa é viciosa, é de poco trabajo, é melancólicos, é cobardes, viles é mal inclinados, mentirosos é de poca memoria, é de ninguna constancia. Muchos dellos, por su pasa tiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar (ó)… se ahorcaron…por manos propias”… en fin … es nación muy desviada… entender la fé cathólica; y…cuando … ellos pelean é vienen á las manos, es no darles cuchilladas en la cabeza, porque se rompen las espadas. Y … como… tienen el casco grueso, asi tienen el entendimiento bestial y mal inclinado”.

Estas palabras entre otras más denigrantes y degradantes.

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