Levantarse comiendo empanadas rellenas de papa y carne es una costumbre en Medellín. En realidad, la harina forma parte de su alimentación. Mi pregunta: ¿cómo se mantienen delgados? Es un secreto que aún sigue sin serme revelado. Por lo pronto, nos dejamos envolver por sus lugares de ocio y aprendizaje, que aunque no lo creas, van de la mano con la gastronomía.
Empezamos el recorrido por la Plaza Botero o el Parque de Las Esculturas, que alberga la exhibición de esculturas a cielo abierto, más grande del mundo con 23 obras del maestro Fernando Botero, desde el año 2002. Una parada obligada si pisas Medellín.
Justo en frente está el Museo de Antioquia, el más importante de la ciudad, y en el cual encontrarás cuadros de arte moderno y un piso dedicado a Botero, que incluye un espacio para Boteritos.
¿Por qué el maestro Fernando pinta “gordos”? Pues en el museo recibirás la respuesta. Te adelantamos: “Las figuras pintadas y esculpidas por Botero no son realmente “gordos”; son su apuesta formal por expresas la sensualidad de la forma, por explorar las posibilidades de los volúmenes…”, reza uno de los escritos en la pared.
En la zona hay otros lugares emblemáticos como el Hotel Nutibara y el Palacio de la Cultura. Si vas al mediodía como yo, el calor te atacará. Puedes refrescarte con un café, sí, así como lees, en el El Laboratorio de Café, en el lado izquierdo del Museo si te paras justo frente a su entrada. Pide un granizado de café: ¡rico!, te despierta y es refrescante! Si el hambre te ataca, tienes la opción de Café Botero, un restaurante a la carta en la parte frontal del Museo con platos nacionales e internacionales. ¡Ah! No dejes pasar por la tienda del Museo para llevarte un recuerdo del arte colombiano.
Camino a la Plaza Botero encontrarás muchas cosas que captarán tu ojo. De todas, dos fueron las que me llamaron más la atención, al punto de que tuvimos que hacer la parada. El primero es el Parque de las Luces: 300 torres de 25 metros de altura. La idea es que cada una de estas luces se encendiera de acuerdo a la fase lunar, algo que con el tiempo cambió por motivo de ahorro de energía. La otra parada fue en la Llama Eterna, ubicada en la Plaza Libertad, un monumento dedicado a la libertad de expresión. Como buena periodista, sin duda era una parada obligatoria.
De ahí nos vamos al Metro Cable, para ver la ciudad desde otro tipo de altura. Para tomarlo, tendrás que tomar el tren. Es impresionante la vista en esta especie de teleférico que sirve para llegar a las cimas de barrios vulnerables de Medellín. Cuatro paradas, la última lleva por nombre Santo Domingo.
La verdad me resultó fascinante cómo el gobierno y otras instituciones privadas buscan cada vez más facilitar la vida a los más pobres. Tal es el caso del sector Comuna 13 y sus impresionantes escaleras eléctricas, las primeras de carácter público en el país. Mismas que reemplazaron 350 escalones de concreto que tenían que subir y bajar diariamente (o varias veces al día), los que viven en el tope de la Comuna. Cuando llegues a la parte más alta, observarás una de las vistas más impactantes de Medellín: naturaleza, concreto, techos de zinc pintados con mariposas y aves, y paredes rodeadas de arte urbano. Para mí, una de las visitas que más disfruté.
¡Vamos de rumba!
Las noches de Medellín, llaman a la gastronomía, el romance y la rumba, sobre todo si es fin de semana. Aunque Colombia Moda, puede hacer que cualquier lunes parezca un viernes. En el Parque Lleras encontrarás numerosos bares y discos, y por supuesto, variadas apuestas gastronómicas. Cerca está Vía Primavera, donde también tendrás opciones para comer, beber y disfrutar.
Si estás allí, una visita indispensable, y una de las mayores experiencias gastronómicas que he vivido en mis 32 años, es la ofrecida por el restaurante El Cielo (@elcielorestaurant), uno de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica de 2014. Yo probé la opción de los 8 tiempos, que no solamente incluye comida colombiana en su versión más gourmet y artística, sino también otras que despertarán, literalmente, todos tus sentidos. Por ejemplo, el primer tiempo, es una empanada deconstruida y un sorbito de agua ardiente con maracuyá (chinola) y granos de café. Le sigue una exfoliación natural con hojas de tabaco y flor de oro. Luego, mi favorito: sopa de queso con chocolate grillado y chimbolito de maíz en mantequilla de almendras (#masbuenoquenada).
Otra opción es Carmen, dos pisos de buen ambiente y buena comida. Probé, por primera vez, una limonada de coco, que no es más que jugo de limón con leche de coco. Muy rica y refrescante. Su tartar de res, también es riquísimo.
Si buscas algo más urbano, casual, Ocio (@ociorestaurante) es para ti. También tiene dos pisos, ambos de una ambiente muy relajado y artístico. Si te decides por este establecimiento, debes probar la ensalada de mango verde y carne de res. Una combinación que quizá suene inesperada, pero de sabor delicioso.
Turismo diferente
Más casual aún, y seguro que a las chicas y a los enamorados les encantará, es el restaurantes In Situ, en medio del Jardín Botánico de Medellín, que además de recibirte en un restaurante de platos eclécticos y que tiene su propio huerto, te dan la opción de comulgar con la naturaleza mientras almuerzas, con un rico picnic, que incluye literalmente de todo, y da para cuatro personas. Están abiertos de lunes a domingo hasta las 5:00 p.m. Los fines de semana es bueno reservar para sus desayunos y brunchs, debido a la popularidad del lugar.
Ya que estás allí, un paseo por el jardín se hace obligatorio, y a la salida, justo en frente, encontrarás el Parque Explora (@parqueexplora): diversión y cultura en un mismo lugar. Un acuario fabuloso, donde podrás ver desde pirañas o algas. Pasando a otra área con una gran diversidad de otros animales como anfibios e insectos.
Definitivamente es un parque muy interactivo. En una de sus salas (En escena, historias tras las historias), participé en un filme donde tuve la oportunidad de hacer mi propio cómic. Recientemente inauguraron la exposición temporal Comer, que te lleva a la cultura de la mesa alrededor del mundo.
Puedes visitar todas las apuestas del parque (tres salas interactivas, expo Comer, Acuario, Vivario, entre otras), por 22,000 pesos colombianos, que equivalen a unos US$8.
Dentro de esa misma vecindad está el Parque de los Deseos, que incluye el Planetario y La Casa de la Música.
Desayunito rico
Ya para tu partida, si buscas desayunar fuera del hotel, Ganso y Castor (@gansoycastor) y Santa Elena Panadería (@santaelenapanaderia) son dos buenas opciones. No dejes de pedir tu chocolate en olleta con el molinillo para batirlo. Vivirás una experiencia que se vive en todos los hogares paisas.
Sin duda, además de la gastronomía y la moda, Medellín también es una ciudad para el turismo cultural, artístico y de ocio.
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