Las afirmaciones del exguerrillero Claudio Caamaño, en el sentido de que durante la Revolución de Abril de 1965 llegó a matar en combate a más de cien personas, despierta un debate sobre cuántos civiles y militares murieron en una guerra de la que muchos actores siguen vivos, y llevan al presidente de la Fundación de Militares Constitucionalistas, Andrés Fortunato Victoriá, a considerar “desproporcionada” las declaraciones del excombatiente.
En cambio, el ingeniero Hamlet Hermann, compañero de armas del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó en el desembarco de febrero de 1973 que abrió las puertas a la historia de Caracoles, considera “innecesario” abordar el tema de los caídos -desde el punto de vista que lo trató Claudio-, tanto de las filas constitucionalistas que buscaban el retorno del profesor Juan Bosch al poder, como de los militares que se aliaron a las tropas invasoras de Estados Unidos que truncaron la revolución.
Claudio declaró a elCaribe: “Al principio yo tenía mucho miedo, pero luego fue creciendo en mí una profunda tristeza, por haber matado a más de cien personas. Vi tanta sangre en la guerra, que ahora no quiero ni matar a un pajarito”.
El psiquiatra Secundino Palacios se sorprende de las citadas declaraciones, y asegura que el exguerrillero evidencia que “necesita de mucha ayuda emocional en estos momentos, luego del asesinato de uno de sus hijos”. Recuerda, además que los individuos que participan en guerras tienden a padecer de “trastorno por estrés postraumático”, un mal que los lleva a padecer ansiedad y a confrontar difultades para readaptarse a la sociedad.
Para Hermann los muertos de Abril son “un tema muy delicado que yo nunca he tratado en mis obras (históricas)”. Considera “morboso” que un diario publique en primera página las declaraciones de Claudio en torno a los caídos del bando que confrontó a los constitucionalistas durante la Guerra de Abril.
“Es un tema innecesario, cada muerto tiene padre, tienes hijos. Por eso nunca en mis obras, en los 15 libros que he publicado, lo he abordado desde ese punto de vista. Además, Claudio está ahora mismo pasando por una situación muy difícil”. Recordó que al excombatiente le asesinaron un hijo hace unos meses.
A esto se suma, según Hermann, su descontento de que el candidato presidencial del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, se granjeara el apoyo de una parte de la familia Caamaño y que el Gobierno le haya destruido parte de unos terrenos sembrados de frutales y maderables en Baní.
Sin una cifra exacta
Fortunato Victoriá duda que un solo combatiente haya matado a más de cien contrarios en el 65, porque las cifras de caídos no fueron tan altas, aunque se desconcen con precisión. El libro de Hamlet Hermann“Eslabón perdido” ofrece algunas cifras de los caídos. La obra señala que durante los primeros 85 días del conflicto, entre el 24 de abril y el 17 de julio, la Cruz Roja comprobó y registró 2 mil 850 civiles dominicanos muertos. “Las bajas estadounidenses durante los combates fueron estimadas por sus propios organismos en 44 muertos y 172 heridos”, dice.
“Entre los combatientes constitucionalistas se estimaron en 600 los muertos. Los heridos en sentido general fueron estimados por la Cruz Roja en cerca de 3 mil”, indica. Hermann cita a Bruce Palmer, quien en su libro Intervention in the Caribbean; the Dominican Crisis of 1965, asegura que “un estimado razonable de las bajas producidas durante la crisis dominicana de 1965, muertos y heridos, podría señalarse entre seis y siete mil personas”.
Mientras, Víctor Grimaldi señala en su libro Golpe y revolución que “los ataques de los aviones que tenían su base en San Isidro produjeron unas 50 bajas mortales y aproximadamente 100 heridos hasta el 26 de abril, mientras la Marina de los Estados Unidos se preparaba para sacar del país a los ciudadanos norteamericanos y otros extranjeros”.
Grimaldi registra que la Cronología de la Crisis Dominicana preparada por el Consejo Nacional de Seguridad sobre los acontecimientos del 26 de abril señala: “El Encargado de Negocios Connett cablegrafió un reporte no confirmado de que al Coronel Nin de la Policía una turba le cortó la cabeza y fue mostrada por las calles”. Esta información, según el autor, fue recogida por el presidente Lyndon Johnson en The Vatage Point, publicado en 1971.
Reacciones
Secundino Palacios
Psiquiatra
“Todo ser humano que va a una guerra, que tiene que ver morir seres humanos o tiene que matar necesita ayuda psicológica profesional posterior, porque queda afectado por el trastorno y por el estrés postraumático”.
Andrés Fortunato Victoriá
Fundación militares constitucionalistas
Fue de los más de cien cadetes de San Isidro que el 26 de abril se movilizó a San Pedro para tratar de llegar en barco a la zona constitucionalista. Fueron a Sabana de la Mar, cruzaron a Sánchez y al entrar a la capital los apresaron.
Claudio Caamaño
Excombatiente constitucionalista
En sus declaraciones el excombatiente también afirmó: “(…) mi papá, César Caamaño Mella, era un pilar de Trujillo, un sicario del ´Jefe´”. Asegura que ver cómo la tiranía trataba a la poblacion lo llevó a ser antitrujillista.
