Asaltos, robos, homicidios y puntos de drogas “en cualquier esquina” matizan el diario vivir de los moradores de Villa Mella, quienes se quejan de la inseguridad imperante ante los niveles alcanzados por la delincuencia.
Daniel Quezada, un dirigente comunitario de este sector de Santo Domingo Norte, recuerda con nostalgia aquellos tiempos en que por las calles del lugar la gente caminaba a cualquier hora sin temor a que un desalmado lo despojara de sus pertenencias o que, como ocurre ahora, disparara su arma de fuego sin medir las consecuencias de sus acciones.
“Antes había un solo cuartel. Actualmente, Villa Mella tiene un destacamento en cada barrio”, expresa Quezada, residente en la tercera etapa de la urbanización Vista Bella. A una calle de donde vive este señor la noche del 22 de agosto pasado cuatro asaltantes mataron de un tiro en la boca al segundo teniente de la Policía, Ignacio Tejada, luego de que el oficial intentara frustrar un atraco a varios jóvenes de esa urbanización.
Tejada, no obstante estar gravemente herido en la boca, tuvo fuerza para perseguir y herir a uno de los cuatro individuos que intentaron cometer el atraco.
Octavio Ariza, otro de los dirigentes comunitarios más comprometido con el sosiego y la tranquilidad de la zona donde mataron a Tejada, entiende que Villa Mella se ha convertido en un nido de delincuentes que actúan por sus anchas, fundamentalmente apoyados por la falta de vigilancia policial. Hace 15 días, varios sujetos que nunca fueron identificados por la Policía lanzaron a un hombre, casi en estado agónico, en un área verde situada justo enfrente de la casa de Ariza. El individuo tenía dos impactos de bala.
A finales de mayo pasado, una profesora fue violada, salvajemente golpeada y dejada abandonada, en un hecho donde estuvo a punto de morir el hombre baleado y socorrido por los vecinos del lugar. La última víctima de la delincuencia que afecta a Vista Bella, fue un señor solo conocido como Santos, quien fue herido cuando enfrentó a varios hombres que intentaron abusar sexualmente de su hija.
Experiencias relatadas
“Aquí hay un bombardeo sistemático, programado y organizado de grupos delincuenciales. Necesitamos una seguridad real; más presencia policial en estos barrios de Villa Mella”, comenta Octavio Ariza. En otros sectores, como La 28, Carlos Álvarez, El Remanso, Mata los Indios, Mono Mojado y Punta, sus moradores viven igual estado de desasosiego.
Sus residentes cuentan que no hay un día en que no ocurra un atraco a mano armada, robos a negocios y residencias o alguien muerto o herido por rencillas vinculadas al negocio de compra, venta y consumo de drogas. “Yo estaba tranquilo en mi casa, bebiéndome un café, y vinieron unos tígueres (delincuentes) dizque a saludarme y me pusieron un cuchillo en el pecho. Me llevaron la cartera y todo.
Al lado de mi casa, había un muchacho que había matado anteriormente a una persona”, relata José Luis de Jesús Ureña, residente en la primera etapa de la urbanización Vista Bella.
