El gobernador del Banco Central reveló que durante el período 2005-2011, el crecimiento del país, medido a través del PIB en términos reales, alcanzó un promedio anual de 7.1%.Héctor Valdez Albizu aseguró que ese porcentaje es uno de los más elevados de América Latina y el Caribe.
Al presentar el informe de gestión 2004-2012 del Banco Central, durante un acto celebrado en el auditorio de esa entidad, el funcionario aseguró que, a pesar del difícil entorno internacional, “en nuestro país están bien sentados los fundamentos para continuar la senda de la estabilidad y el crecimiento económico”.
El informe recoge las acciones llevadas a cabo por el Banco Central en los últimos ocho años. Valdez Albizu resaltó que de acuerdo con los pronósticos existentes hasta la fecha, la economía crecería en este año entre un 4.5% y un 5.0%, con una inflación menor de 5.5%.
“Desde agosto del 2004 hasta la fecha, el país ha exhibido un crecimiento económico sostenido en un entorno de estabilidad macroeconómica, gracias a la implementación de una política económica previsora, vigilante y proactiva, que ha propiciado la confianza de los agentes económicos”, apuntó.
Al referirse a la tasa de inflación 2005-2011, Valdez Albizu explicó que, a pesar del fuerte impacto derivado del alza de los precios del petróleo y de los denominados “commodities”, durante los años 2005-2011 el país registró una inflación promedio anual de 6.5%, lo que constituye un nivel razonable para una economía importadora de petróleo, pequeña, abierta y en vías de desarrollo, como la dominicana.
Precisó que este crecimiento con estabilidad de precios ha estado acompañado de un fortalecimiento de las reservas internacionales, fruto de la afluencia sostenida de divisas hacia nuestra economía vía inversión extranjera, remesas, turismo y zonas francas, y por el crecimiento de las exportaciones.
Propició estabilidad de la tasa de cambio
Valdez Albizu agradeció la confianza depositada en él y las autoridades monetarias por el presidente Leonel Fernández para poder cumplir con el mandato legal y constitucional de garantizar la estabilidad de precios, y además, propiciar una estabilidad relativa de la tasa de cambio, el adecuado funcionamiento del sistema de pagos y el fortalecimiento del sistema financiero.
