Cada vez más personas acuden a la universidad en busca de superarse. Alcanzar un título académico, convertirse en licenciado, doctor, ingeniero o arquitecto, se ha vuelto una prioridad para más y más jóvenes en la República Dominicana.
Eso está bien
En la medida en que una persona incrementa sus conocimientos, puede aspirar a una mejor posición, a un mejor empleo y de esta manera lograr mayores ingresos, un estilo de vida más desahogado y asegurar para sí y para los suyos un mejor futuro.
Hasta ahí todo está bien. Lo malo está en que enfocadas en un título universitario, algunas personas no se dan cuenta o, mejor dicho, no admiten que sus aptitudes y capacidades serían óptimas desarrollando una carrera técnica, que a la larga son tan importantes, necesarias, dignas y remunerativas como las de mayor grado académico.
Una vez, en una promoción de Sur Futuro, escuché a una de las mujeres agricultoras decir que por más estudiada que fuera una persona, se alimentaba de los frutos de la tierra y del producto de la siembra.
Así mismo, todos, en algún momento necesitan de un plomero, un carpintero,un electricista, un mecánico, un ebanista, una estilista en belleza, en fin, profesionales en sus áreas.
Muchas veces escuchamos y vemos personas que comienzan y no terminan una carrera universitaria y muchos otros que las terminan y no se atreven a ejercerla, porque no se sienten seguros, porque sencillamente no asimilaron nada o muy poco en sus años en las aulas.
Quienes en estos momentos cursan una carrera en la universidad, deben notar que no todos sus compañeros reúnen las condiciones para ejercer la profesión que hoy están estudiando y podrían jurar que a su título solo le aguarda un espacio en una pared a la que le servirá de adorno.
Al final, terminarán haciendo aquello para lo que en verdad están facultados y que se negaban a aceptar. Algunos lograrán “colarse” gracias a la indulgencia de algunos jefes, pero no lograrán mucho y serán tema de conversación de otros colegas más capacitados.
Es un error pensar que solo un título universitario nos hace mejores y más inteligentes. Al fin y al cabo, de qué vale un título de doctor si en la práctica se es camillero.l