Desde hace muchos años la Asociación de Industrias y Empresas de Haina y la Región Sur vienen haciendo un trabajo importante con la comunidad y el medio ambiente. De forma silenciosa sin mucho alboroto ni propaganda, como dice la Biblia y más importante lo dijo Jesús, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda, estas palabras hablan de lo secreto y lo discreto que debe ser la ayuda al prójimo.
En esta ocasión rompo una de mis reglas máximas porque entiendo que es una forma de incentivar a que otras asociaciones y empresarios hagan lo mismo por sus comunidades. Son conocidos los programas que llevan por años empresas y empresarios pero entiendo que es necesario hacer más para poder combatir la pobreza de nuestra gente, mejorar su calidad de vida y el nivel de educación; combatir la corrupción, la evasión, la hipocresía, el chantaje; ver la necesidad que otros pasan sin hacernos de la vista gorda.
Todos debemos recordar que en el 2007 el Instituto Blacksmith incluyó a los Bajos de Haina como una de las diez zonas más contaminadas del mundo.
Recuerdo que cuando leímos el reporte, como asociación, decidimos que sin importar los trabajos de remediación que hicieran los organismos internacionales y oficiales era nuestro deber como empresarios preocupados por el medio ambiente participar en los trabajos y hacer de Haina una comunidad ejemplar donde a pesar de la concentración de industrias se podía perfectamente respetar el medio ambiente, incluso contribuir para hacerlo mejor.
Este trabajo conjunto con las autoridades locales, Medio Ambiente, las juntas de vecinos y con el propio Gobierno Central ha dado sus frutos sin duda.
El 3 diciembre recibimos en la asociación la comunicación del referido Instituto donde decía “en el reporte del presente año se hace mención que dicho sitio (Haina) no solo ya no aparece en la lista, sino que es el único lugar que ha estado en la lista y cuya exitosa remediación lo ha convertido en un lugar seguro para los habitantes cercanos”.
En Haina estamos ejecutando junto a las autoridades de Medio Ambiente y las autoridades locales un proyecto que hemos llamado Haina Verde. Nos proponemos sembrar cien mil árboles de los cuales ya llevamos treinta y cinco mil. Cada empresa es responsable de una zona específica y esperamos este año superar lo que ya sembramos el pasado año.
Pero no es solo el medio ambiente que nos preocupa, hemos propiciado preescolares, limpiado la cañada de Ñaga luego de veinte y siete años de estar abandonada causando que las viviendas se inundaran cada vez que caía una llovizna, beneficiando a más de quinientas viviendas, muchas de las cuáles han sido reparadas y lo más importante, impartiendo charlas para que no vuelvan a tirar basura a la cañada y repartiendo zafacones para que el ayuntamiento pueda recolectar los desperdicios.
Hace pocos años con la ayuda de Canadá, tramitada por el embajador José Ureña, una de nuestras empresas pagó los gastos de importación para equipar el hospital de Barsequillo lo que contribuyó a mejorar la salud de la zona.
Podríamos decir que nuestra función como empresarios se limita a dar empleos, pero esa es una visión miope, las empresas y las asociaciones tienen que involucrarse con las necesidades de la población, participar con las juntas de vecinos y las autoridades locales para, juntos, mejorar la calidad de vida de nuestro país.
Así como es un orgullo el ser la única comunidad que logró pasar de la lista de las más contaminadas a un lugar seguro donde poder vivir. Esto debe servirnos como ejemplo a todos los dominicanos para lograr vencer los múltiples obstáculos que nos impiden salir de nuestro subdesarrollo.
Si dejamos a un lado el egoísmo, la falta de solidaridad, los revanchismos, el querer hacer riqueza sin importar la forma, estoy seguro que al igual que lo logramos en Haina, vencer un gran obstáculo, lo podemos hacer a nivel nacional. ¡Sin duda, juntos podemos!