1. Lo primero antes de desechar es reorganizar el clóset. Sácalo todo. Parecerá una zona de guerra pero el resultado valdrá la pena.
2. Auxíliate de cajas transparentes, pueden ser dos, etiqueta una como posibles desechos y otra como “no vuelven a mi clóset” o algo jocoso para que el proceso sea divertido. De esta forma no tendrás que tirar la ropa en el piso y crear mayor caos.
3. Lo que no se ve bien. Tengo una chaqueta blanca que me encanta y tiene un hoyito. Confieso que me la he puesto así. ¿Y quién no ha hecho lo mismo por amor a una pieza? Ayer la saqué y decidí que ya era hora de darle un release. Si no hay necesidad de dejarla ahí, entonces deséchala.
4. Te queda grande… o pequeño. ¿Entonces para qué lo tienes? ¿Para cuándo te sirva? Al menos que lo tengas como un reto para bajar o subir de peso, y no será con todas las piezas que no te sirvan, entonces regálalo o realiza un bazar con tus amigas, intercambien piezas o simplemente véndelas.
5. No guardes. Es algo que heredamos de nuestras madres. Aunque sea algo que te gusta mucho y te queda bien, pero lo compraste hace tres años y no te lo pones hace dos. Es probable que cuando lo vuelvas a usar esté tan deteriorado que sólo sirvió para ocupar espacio de tu preciado clóset.
6. ¿Cambio de temporada? Separa las piezas por estaciones, esto va sobre todo para las que sienten los cambios de clima. Revisa lo que dejaste en standby de la temporada pasada, y desecha lo que entiendas no llevarás en esta. Si no lo usaste en seis meses, para la fecha en que vuelva a estar de moda, querrás comprar otras cosas. Las tendencias van y vienen, recuérdalo siempre.
7. Piezas que debes arreglar una y otra vez. ¿Tienes que llevar esos zapatos cada dos meses al zapatero? ¿O tienes un pantalón al que tienes que cambiarle el zipper cada tres puestas?. Entonces, al final del camini estarías pagando más de lo que realmente valió la pieza. Pregúntate, ¿realmente vale la pena?
8. Regalos que no usarás. Sé que suena difícil cuando se trata de una pieza que tiene valor emocional. Pero aunque haya sido la persona que más ames quien te lo haya obsequiado, si no lo has usado en los últimos tres meses, ¿qué te hace pensar que lo usarás más adelante.
9.Lo que no va con tu estilo de vida. Tienes un nuevo trabajo o quizá te vas a vivir a otro país. Un cambio de estilo de vida, profesión o estado civil, generalmente incluye un cambio al vestir. No te apegues a nada del pasado que sabes no usarás en esta nueva etapa.
10. Revisa cada cuatro meses. Es la mejor manera para editar tu clóset sin que esto se convierta en un caos. Puedes programar un calendario diario en una semana de ‘x’ mes. El primer día revisa las carteras, el siguiente los zapatos, luego los accesorios, y por último la ropa. Ve de lo más simple a lo más complejo para que no te estreses en el proceso y dejes la tarea por la mitad.