El síndrome Hannah Montana

Sí. Esta enfermedad existe; y fue calificado por una amiga, mientras me contaba sus penas, como: “El síndrome de Hannah Montana”. Como…

El síndrome Hannah Montana

Sí. Esta enfermedad existe; y fue calificado por una amiga, mientras me contaba sus penas, como: “El síndrome de Hannah Montana”. Como…

Sí. Esta enfermedad existe; y fue calificado por una amiga, mientras me contaba sus penas, como: “El síndrome de Hannah Montana”.

Como en la serie protagonizada por Miley Cyrus, el sujeto desea vivir lo “mejor de ambos mundos”, con la diferencia de que aquí nos referimos al plano sentimental, es decir, disfruta de los beneficios de una relación seria: el constante apoyo y afecto de una persona (en este caso una novia, prometida o esposa), que ha sido presentada a la familia y amigos, mientras, también, posee las libertades de una vida de soltero, en la que mantiene relaciones sentimentales con una o varias mujeres, y vive de fiesta en fiesta.

Aunque a primera vista parece un caso típico de infidelidad o, como dicen por ahí, cuernos, el hombre indeciso es más complejo: sus acciones reflejan su inseguridad.

¿Sí o no?

Según el psiquiatra Francisco Goldstein, la indecisión consiste en la incapacidad de una persona para evaluar cualquier hecho en el que deba tomar una determinación o elegir un camino, entre varios, que se le ofrecen o adoptar una decisión o resolver una cuestión.

Frases como: “él no quiere dejar a su novia por compromiso” o “tiene amores pero no me deja quieta”, han sido dichas por Carla, una mujer que ha vivido la experiencia y que asegura que estos individuos se caracterizan por ser indecisos.

La oración por excelencia para describir la situación es: “una persona que ni lava ni presta la batea”. El afectado por el síndrome se siente inconforme en su relación actual, pero no puede enfrentar el perder a esa persona. En muchas ocasiones, mantiene lazos con relaciones pasadas donde le manifiesta a su ex la infelicidad de la relación en que se encuentra.

¿Cómo identificarlo?

-Es una persona que prefiere no salir de su zona de confort y que evita situaciones donde es necesario asumir riesgos.

-Se caracteriza por ser posesivo; el egoísmo predomina en su vida como explica el artículo “Signos de inseguridad” por Brian Lee.

-Le da mucha importancia a la opinión de los demás sobre su vida y decisiones personales.

Un clásico del síndrome sucede cuando la persona le exige a su pareja un comportamiento que él no cumple, creando así una doble moral en sus actos.

¿Y las mujeres?

Los hombres no son los únicos que han caído presos de este síndrome. Aunque en menor proporción, existen mujeres que también quieren “lo mejor de los dos mundos” y llevan una doble vida. Este es el caso de Teresa, quien, aunque nunca cometió infidelidad, sí disfrutaba de las fiestas, contrario a su novio. En apariencia llevaba una vida tranquila, cuando en realidad era toda una “criatura” nocturna.

 

 

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Sí. Esta enfermedad existe; y fue calificado por una amiga, mientras me contaba sus penas, como: “El síndrome de Hannah Montana”.

Como en la serie protagonizada por Miley Cyrus, el sujeto desea vivir lo “mejor de ambos mundos”, con la diferencia de que aquí nos referimos al plano sentimental, es decir, disfruta de los beneficios de una relación seria: el constante apoyo y afecto de una persona (en este caso una novia, prometida o esposa), que ha sido presentada a la familia y amigos, mientras, también, posee las libertades de una vida de soltero, en la que mantiene relaciones sentimentales con una o varias mujeres, y vive de fiesta en fiesta.

Aunque a primera vista parece un caso típico de infidelidad o, como dicen por ahí, cuernos, el hombre indeciso es más complejo: sus acciones reflejan su inseguridad.

¿Sí o no?

Según el psiquiatra Francisco Goldstein, la indecisión consiste en la incapacidad de una persona para evaluar cualquier hecho en el que deba tomar una determinación o elegir un camino, entre varios, que se le ofrecen o adoptar una decisión o resolver una cuestión.

Frases como: “él no quiere dejar a su novia por compromiso” o “tiene amores pero no me deja quieta”, han sido dichas por Carla, una mujer que ha vivido la experiencia y que asegura que estos individuos se caracterizan por ser indecisos.

La oración por excelencia para describir la situación es: “una persona que ni lava ni presta la batea”. El afectado por el síndrome se siente inconforme en su relación actual, pero no puede enfrentar el perder a esa persona. En muchas ocasiones, mantiene lazos con relaciones pasadas donde le manifiesta a su ex la infelicidad de la relación en que se encuentra.

¿Cómo identificarlo?

-Es una persona que prefiere no salir de su zona de confort y que evita situaciones donde es necesario asumir riesgos.

-Se caracteriza por ser posesivo; el egoísmo predomina en su vida como explica el artículo “Signos de inseguridad” por Brian Lee.

-Le da mucha importancia a la opinión de los demás sobre su vida y decisiones personales.

Un clásico del síndrome sucede cuando la persona le exige a su pareja un comportamiento que él no cumple, creando así una doble moral en sus actos.

¿Y las mujeres?

Los hombres no son los únicos que han caído presos de este síndrome. Aunque en menor proporción, existen mujeres que también quieren “lo mejor de los dos mundos” y llevan una doble vida. Este es el caso de Teresa, quien, aunque nunca cometió infidelidad, sí disfrutaba de las fiestas, contrario a su novio. En apariencia llevaba una vida tranquila, cuando en realidad era toda una “criatura” nocturna.

 

 

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