Por más extenso que sea el contrato de Mike Scioscia con los Angelinos de Anaheim, no me parece que la paciencia del dirigente Arte Moreno llegue a tanto como para permitirle otro fracaso como ha sucedido en los últimos años.
El pacto de Scioscia es desde 2009 hasta 2018, aunque el veterano timonel tiene la potestad de terminarlo en 2015.
La realidad es que la inversión del conjunto, cuya nómina en esta campaña es de 154 millones de dólares, no es para compilar humillaciones de sus rivales en el oeste de la Liga Americana ni para salvarse de un sótano por el hecho de que Houston se encuentre en su división. Scioscia y su gerente, Jerry Dipoto, tienen presión de clasificar y llegar lejos en la postemporada, o de lo contrario el escenario estará preparado para que ruede una cabeza.
Quien logre salvarse será un paciente de cuidado extremo que tendrá que poner sus barbas en remojo. Dicho sea de paso, el contrato de Dipoto, probablemente el único mortal que le daba dos años y 15 millones de dólares a Joe Blanton (2-14, 6.04 promedio de carreras limpias en 2013), tiene vigencia hasta 2014 y el conjunto tiene opciones para 2015 y 2016.
También hay que decir que las grandes contrataciones del club han dejado mucho que desear, pero la vida se mide por los resultados y en los seguidores de los Angelinos siguen en espera de otro cetro.
Otro que se encuentra en la llamada “silla caliente” de los dirigentes y ejecutivos es el capataz de los Vigilantes, Ron Washington, quien está bajo contrato hasta 2015.
La escuadra de Texas no es la misma que fue a dos Series Mundiales seguidas (2010-2011) y las implacables lesiones han invadido sus predios desde el mismo entrenamiento primaveral.
Oakland se ha adueñado del oeste del menor de los circuitos en los últimos años y Texas sigue perdiendo terreno. A ver si Washington termina la campaña. l