El sector industrial: motor de crecimiento

La semana pasada, en el marco de la celebración de un nuevo aniversario de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con la presencia del Excelentísimo Señor Presidente Danilo Medina, se reconoció a Don José León Asensio. Durante&#82

La semana pasada, en el marco de la celebración de un nuevo aniversario de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con la presencia del Excelentísimo Señor Presidente Danilo Medina, se reconoció a Don José León Asensio. Durante la actividad otro José, José Vitienes pronunció una interesante charla.

Reconocer a Don José es un acto de justicia, su persona es la representación de lo que todo empresario debe ser. El cimiento principal de su empresa han sido los valores y su labor se ha centrado en generar riquezas, no solo para servir a los accionistas, sino también a la sociedad en general. Don José, hombre de un corazón tan amplio como lo es su jovial sonrisa, es uno de esos seres humanos que han tenido la admirable capacidad de mantener su sencillez y sensibilidad humana, a pesar de haber dirigido una de las empresas más prominentes del país.

La conferencia de José Vitienes tiene muchos elementos que nos deben poner a pensar. Empieza por decir que “estamos en una etapa diferente en la que, de tomar las medidas adecuadas, el sector industrial puede convertirse en un factor crucial en la elevación del estándar de vida de los dominicanos a niveles largamente deseados”. Yo comparto esa creencia.

Ligia Bonetti, ante la Cámara Americana de Comercio, expresó: “Valoramos el enfoque actual que tiene el actual gobierno de empujar políticas sociales que vayan mas allá de suplir carencias de nuestros ciudadanos y ciudadanas más pobres, políticas sociales que no son marginales, que no son simplemente un relleno, sino que buscan que las personas puedan contar con oportunidades, con capacidades y puedan desarrollarse”.

Veo con optimismo estas señales de que por fin la clase industrial está unificando un discurso basado en la certeza de que necesitamos empresarios que no solo miren hacia adentro, que tengan conciencia de su papel como agentes de desarrollo y, sobre todo, que estén dispuestos a aprovechar el momento para tomar medidas adecuadas.

En sus palabras, José Vitienes se refirió a las dificultades que ha tenido el sector para desarrollarse. No podemos pasar por alto, sin embargo, que aun con los mismos inconvenientes, hay otros sectores que han logrado crecer notablemente: turismo y zonas francas.

La pregunta es ¿por qué? No hay que ir lejos para encontrar la respuesta. Los mismos han contado con políticas de incentivo correctas y estables, que lamentablemente no se han hecho extensivas a los demás sectores. Todos debemos recordar a Muebles VON, que gracias a la calidad de sus productos, debió haber sido un gran aliado del sector turístico, sin embargo, fue incapaz de competir con los muebles importados exonerados del pago de ITBIS que inundaron y como decía Vitienes en su charla recordando la canción de Roberta Flack, “matándome suavemente”. También lentamente muchas otras empresas sucumbieron ante esta situación de incoherencia.

Lejos de dedicarse a producir ganancias fáciles que no generan empleos, los industriales y demás actores económicos del país tienen el reto de reinventarse para ser más competitivos y contribuir a fortalecer la economía del país.

Antes de terminar, hago un paréntesis para tocar el tema de las exenciones fiscales, que tal y como dice nuestra amiga Ligia, son consideradas como algo pecaminoso, como una especie de regalo que se les hace a los empresarios; cuando por el contrario, son la única forma de apoyar el desarrollo de sectores para que crezcan y puedan generar exportaciones. Son, además, una herramienta para generar empleos y reducir el enorme déficit comercial. Y más que eso, pueden ser el mecanismo para que se creen vasos comunicantes entre los sectores de la economía, para que la industria local sea el suplidor por excelencia de las zonas francas y el turismo: los enlaces industriales de los cuales se habló hace muchos años y poco se hizo para lograrlos.

El reto no es fácil, pero tampoco imposible. De perseverar en la toma de conciencia, la unificación de criterios y la correcta toma de decisiones lograremos una clase empresarial fortalecida que en mucho contribuirá a impulsar nuestro país por las rutas de un desarrollo sostenible a largo plazo.

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