Un riguroso abordaje acerca de la concepción y situación de los partidos políticos en nuestro país no podría hacerse sin que lo vinculemos a lo que ha estado sucediendo en los partidos y organizaciones políticas del resto de América Latina; y sin considerar, además, los planteamientos de diversos especialistas en Ciencias Políticas que han analizado el concepto de partido desde los ámbitos histórico, político y social.
En esa perspectiva, es importante recordar que por la condición de máximos representantes de la soberanía popular que ostentan, los partidos políticos constituyen un elemento esencial para el funcionamiento de la democracia.
La implantación y consolidación de regímenes democráticos y constitucionales está estrechamente ligada a la existencia de los partidos políticos como expresión de la pluralidad de la sociedad. Por tanto, el conocimiento del origen, la evolución y la trayectoria actual de los partidos políticos de América Latina es, sin duda, fundamental para el seguimiento y la comprensión del desarrollo de la democracia en la región.
Las profundas transformaciones que han tenido lugar en los últimos años en América Latina, también han impactado el trabajo de los partidos políticos.
En algunos países, partidos recién formados han conseguido un respaldo mayoritario de los electores en pocos años como es el caso de la Nueva Fuerza Democrática de Colombia liderada por Andrés Pastrana, que surge en 1994 y ya en 1999 logra el 48 por ciento de los votos.
En otros casos, partidos con una larga historia y que han dominado la vida política de sus respectivos países durante decenios, ahora están inmersos en profundos procesos de cambio, como es el caso del PRI de México, fundado en 1929 y que tuvo más de 60 años en el poder.
Lugares destacados
Agrupaciones políticas con una historia a veces más que centenaria siguen ocupando lugares destacados, como expresión de una tradición republicana y de democracia continuada Este es el caso del Partido Aprista Peruano, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924 gobernó a Perú durante dos periodos y aun se mantiene activo.
Por otra parte, desde hace mucho tiempo teóricos de las ciencias sociales como Alain Touraine han venido abordando el tema del rol de los partidos, colocándolos en perspectiva dado el carácter dialéctico del accionar de las organizaciones políticas.
Touraine grafica el rol de los partidos de la siguiente manera: “Cuando los jóvenes desocupados de los suburbios dicen que quieren ser escuchados y entendidos, es decir, que quieren participar de las decisiones políticas que los afectan más directamente, expresan una idea tan importante como lo fue en el pasado la reivindicación de los trabajadores de sus derechos sociales o, antes, la afirmación de la igualdad ante la ley y la soberanía popular”.
Touraine agrega, además, que el hecho de que “la palabra y la vida de cada uno esté en el centro de la vida colectiva; que el individuo, antes de ser un ciudadano que participa de la vida del Estado o un trabajador cumpliendo un papel económico, sea un sujeto personal que construye su vida: tal es el método a seguir para que la sociedad recupere la integración y que no recuperará bajo el efecto de las exhortaciones a la disciplina o el interés general”.
Esas expresiones de Alain Touraine retratan de manera clara cómo las aspiraciones individuales han ido sustituyendo progresivamente los ideales y aspiraciones de hacer realidad proyectos colectivos, dirigidos al bienestar común que fueron por décadas las máximas aspiraciones de los partidos políticos de vanguardia.
El reconocido sociólogo plantea que las crisis de las instituciones políticas no se sentirían con tanta fuerza si éstas no fueran el objeto de demandas sociales y culturales a las que los partidos y las instituciones mismas son incapaces de aportar respuestas adecuadas. Y señala que de la misma manera que hace un siglo los partidos políticos parecían ciegos frente a los problemas sociales, lo que provocó la formación de vanguardias revolucionarias; iniciado el siglo XXI, hay nuevas demandas que no encuentran expresión política, lo cual, dicho de otra manera, da la sensación de que la demanda social vuelve a estar por delante de la oferta política.
Como podemos apreciar, Touraine revela con claridad cómo muchos partidos políticos han ido perdiendo su rol de encarnar las aspiraciones y expectativas de la gente delegando su rol en los individuos o en otras organizaciones no partidarias.
Educación política
El carácter complejo y cambiante de panorama que ofrece el conjunto de los partidos políticos latinoamericanos en la actualidad plantea la necesidad de acceder a información actualizada para entender a plenitud el rol que deben jugar.
De ahí que la educación política habrá de seguir jugando un papel de primer orden a lo interno de los partidos, y de manera muy especial, del Partido de la Liberación Dominicana, por ser obra del profesor Juan Bosch, quien mostró de manera reiterada sus convicciones sobre la importancia de la formación y educación política.