La actriz Judith Rodríguez, quien tiene 15 años de trayectoria, considera que el cine dominicano debe buscar su propia identidad para seguir creciendo. “No la de Hollywood, argentina, o la de Europa, sino la nuestra, bastante rica que es”, dijo. “El fallo está en querer abarcar todo, que al final es nada, donde el espectador entra y sale vacío de la sala de cine. Creo que falta riesgo”, reflexionó.
“Si nos vamos a ir siempre porque la industria es un negocio, nos quedaremos ahí, debemos tener menos miedo, los empresarios tienen que contar con el talento emergente, creer en historias menos fáciles”, agregó, tras explicar que las historias que más les gustan al espectador ver son las sencillas y reales. “Los relatos personales que abarcan las vivencias como la niñez, del vecino, del amigo, de los padres, las del primer amor”, citó.
También se refirió al concepto que se tiene sobre el cine independiente, el cual es inadecuado. “Se piensa que esta forma de crear tiene que ver con la falta de dinero, cuando en realidad se debe a una cuestión filosófica”. “Lo fundamental para que de verdad funcione tu trabajo es la calidad de lo que se está proyectando sin importar el género, es la columna vertebral y el alma de los contenidos”, expresó. En ese sentido, explicó que el trabajo se demuestra cuando se proyecta: ¿Qué se busca para darle a los demás?, ¿qué se quiere contar? y ¿para qué? “Las mejores películas son sencillísimas y sin un presupuesto alto, solo hay que definir los géneros”, explicó.
El 2015 fue un año de muchos retos para la actriz dominicana, tanto en lo personal como en lo profesional, luego de haberle ganado la batalla al cáncer, se embarcó en la realización de más de 9 personajes. Uno de estos, catalogado por ella como su mejor trabajo hasta ahora sobre las tablas, con el papel de “Hamlet”, del dramaturgo inglés William Shakespeare, siendo la primera mujer dominicana en hacer el personaje, para el cual se raspó el cabello, tuvo que pasar por un proceso de coloración del rubio al blanco, para lograr el cambio físico que requiría. “Este personaje es como un guasón, que de repente es rockero, vampiro, andrógeno (no es mujer ni hombre), extremadamente sexual, pero el sexo lo usa como un arma, para expresar que está muerto, él quiere negar su pasado y cortar su futuro. Hamlet marcó en mí ese crecimiento personal”. Así se expresó la actriz acerca de este complejo héroe de la literatura universal, el cual, hasta el momento, 60 mujeres en el mundo lo han interpretado.
Entre retos y personajes
Rodríguez se define como una actriz entregada totalmente “con sangre, sudor y lágrimas”, danzando entre distintas aguas del arte, desde las tablas, cine y como productora.
A Judith le gustan los personajes que la reten, “que me pongan a temblar el estómago, que no me hagan sentir tan cómoda, que me toquen el alma para poder tocar a otros, que me hagan sentir algo para poderlo transmitir a los demás”. “Mi filosofía se fundamenta en el amor, necesito constantemente que el que me vea me sienta”, reflexiona.
Estimó que el actor no debe ser de renglón, una forma que le parece errada, un mal uso en Iberoamérica para encasillar a este profesional. Considera que “hay que romper con ese estigma, porque el actor es actor en lo que sea y como sea, esa es la capacidad del que se transforma, el que sabe manejar las herramientas y el método, para poder convertirse en ese ser cuando sale de la literatura, sacando ese personaje del libreto, de ese performance, y se convierte en lo que es estructuralmente. Trabajo mis personajes de forma espiritual, un ser humano con el cual mis espectadores, más que entender ciertas cosas, sientan algo en una sociedad tan convulsionada como la de hoy día”.
Empezó el año con “Perfectos Quorum”, un papel que hizo con apenas dos meses de haber dado a luz a su primogénita, obra teatral que tuvo buenas críticas, donde ella encarnaba a “Piedad la guerrera”, el cual supuso de un entrenamiento de rigor de hasta 11 horas de ensayo al día.
De ahí viajó a Argentina a hacer la película, “La Pesada Vida de Juan Gil”, siendo la primera coproducción de su casa productora Destiny’s Films junto a su esposo Edward Díaz, filmada en Argentina y compartiendo protagónico con Vicente Santos. Regresó al país para trabajar en su obra “Oda a La Vida”, la que fue su primera producción de teatro. Se embarcó también en la post-producción del largometraje “El Experimento”; y como si fuera poco, el guión y la dirección de un video musical, una bachata para Dary’ O, protagonizada por Josué guerrero y Ruth Ocumares, titulado “Quítate la Ropa”.
Rafaela
“Rafaela” es el proyecto para el próximo 2016 que tiene bajo la manga la artista, una idea original de ella, con la producción de Tito Rodríguez y el guión de Cristian Mojica, la cual le surgió cuando estudiaba Comunicación Social en la materia de Géneros Periodísticos, donde se mostró un caso sobre Colombia.
Al mostrarle la historia de drama al productor como corto, éste le dijo que era un largometraje. Rafaela trata sobre una chica que de una forma u otra intentó desde pequeña desarrollarse, viviendo en un hogar roto, donde la madre y el padrastro, la ponen a “bucear” en el vertedero desde los 7 años. La vida la convierte en otra cosa hasta los 19 años.
La trama se desarrolla en el barrio Capotillo, donde el personaje se dedica a delitos menores para poder subsistir y pertenece a una especie de grupo llamado -La Creta Azul-lugar donde se guarecen.
Agradecida
Para esta dramaturga, lo más importante que se puede llevar un actor es el respeto, el cual se gana. También expresó su agradecimiento a personas que le han dado la mano durante su trayectoria. “Waddys Jáquez y María Castillo, quienes han marcado mi vida. María, porque fue la primera persona que me dio la oportunidad de subirme a las tablas con 15 años de edad”. La actriz externó su agradecimiento con lágrimas en los ojos en su visita a la redacción de elCaribe, tras expresar que trabajar en este país es difícil y duro.