Robo fue el móvil de asesinato haitianos

Y ineta Dorsu ya no baja los sábados a vender viandas al mercado de Neiba. Seis meses después del asesinato de su marido, la haitiana anda con su dolor y miseria a cuestas por las lomas de Galván buscando rabizas de yuca en los conuco

Y ineta Dorsu ya no baja los sábados a vender viandas al mercado de Neiba. Seis meses después del asesinato de su marido, la haitiana anda con su dolor y miseria a cuestas por las lomas de Galván buscando rabizas de yuca en los conucos para darles de comer a sus dos hijos.Heriberto Petite fue muerto a machetazos por una turba que también mató a Tigat Senaza y Yoel Pie. Ella está viva para contarlo. Aún ignora cómo pudo sobrevivir a la matanza del 21 de octubre de 2011 en el paraje La Plena de la sección Majagual, en el municipio de Galván.

Para muchos lugareños fue un episodio más de las esporádicas confrontaciones entre haitianos y dominicanos que en ocasiones degeneran en tragedia en las poblaciones contiguas a la frontera.

Yineta rememora cada día el incidente, porque Petite no era sólo el padre de sus dos hijos, sino el hombre que la hizo mujer y con quien huyó de Mission, en Haití, para formar una pareja.

Aquella tarde Yineta regresaba del conuco con un saco de víveres a la cabeza, cuando vio a varios hombres atacar a machetes y palos a su marido. Ella, asustada, sólo atinó a agacharse en el monte. No pudo hacer nada para impedir el crimen. Corrió al bohío, buscó a sus dos hijos y la noche le vino encima huyendo entre los matorrales.

Al día siguiente, por boca de otros compatriotas suyos, se enteró de la muerte de Tigat y Yoel, ambos peones agrícolas, al igual que su marido, y quienes laboraban desde cinco años atrás en conucos y fincas de ganado.

Eugenio Zarzuela, el alcalde, le dio protección y la llevó al destacamento policial de Galván, de donde fue trasladada a Neiba, junto a sus dos criaturas y otros haitanos.

El día anterior al triple asesinato, Alejandro Sánchez Escalante, un agricultor de la zona, fue muerto a machetazos por dos haitianos, identificados como Simón y Benjamín Pie, en circunstancias que no han sido esclarecidas por las autoridades porque los sospechosos se dieron a la fuga, aunque a raíz de las investigaciones el hecho fue reputado como de delincuencia común.

En consecuencia, tras los hechos de sangre al principio se presumió que la muerte de los tres haitianos habría sido un acto de venganza. Y, en efecto, así también lo creyeron los investigadores policiales, quienes instruyeron un expediente sobre la base de los rumores y de las versiones que durante los interrogatorios dieron dos de los siete incriminados, cuatro hombres y tres menores de edad.

Testigos

En el transcurso del juicio preliminar, se determinó que el móvil del triple asesinato fue el robo, y que el hecho no guardaba ningún tipo de relación con el homicidio de Escalante. “Dijeron que fue por venganza, dizque porque por unos haitianos mataron a un dominicano; pero no fue así, eso no es verdad. A mi marido lo mataron para robarle el dinero que tenía encima. Lo mismo pasó con los otros dos haitianos, a los que les quitaron los zapatos en donde guardaban su dinero”, comenta Yineta.

Lo mismo cree el procurador fiscal de la provincia Bahoruco, Rafael Méndez Vargas, después de las medidas de coerción de tres meses de prisión preventiva contra cuatro de los siete adultos acusados de los homicidios: Sandy Cuevas, Miguel Nova Cuevas, alias “Cao”, Aridio Méndez Félix y Kelvin Cuevas Berigüete.
Los tres menores implicados guardaban prisión preventiva en la cárcel de Najayo a la espera del juicio del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes.

Beto Dorsu, hermano de Yineta y testigo del Ministerio Público en el juicio que se le sigue a los acusados, refirió en los interrogatorios que sus agresores lo sorprendieron en el conuco y que le fueron encima con machetes y palos.

Con una herida en la espalda, el haitiano logró huir del grupo y, cuatro horas después, desmayándose por la sangre que perdía, dos agricultores dominicanos, a los que pidió auxilio, lo llevaron al hospital público de Neiba, donde fue transferido de inmediato, debido a su delicado estado de salud, al hospital Jaime Mota, de Barahona.

“Ya no veía por dónde caminar. Estaba a punto de caerme por la sangre que había perdido, pero logré mantenerme con vida. No sé cómo estoy vivo”, recuerda.

Los investigadores policiales declararon prófugos a Mártires Vásquez, Reinaldo Silfa Cuevas y unos tales “Rajín” y “Guajiro”, todos oriundos de la zona rural de Galván y de quienes se sospecha huyeron a la región Este del país tan pronto fueron señalados como sospechosos de la matanza de los haitianos. l

No fueron crímenes cometidos por venganza

El procurador fiscal de la provincia Bahoruco, Rafael Méndez Vargas, no se explica cómo el triple asesinato fue relacionado como un caso de represalia por la muerte de un agricultor dominicano.

“No hubo ninguna vinculación con ese hecho. Las pesquisas han arrojado que se trató de crímenes para despojar de dinero y propiedades a sus víctimas, quienes, además, tenían varios años laborando en los conucos”, precisa.

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