Vivimos en un país donde las iniciativas muchas veces no se difunden y las que pueden ser positivas encuentran poco interés, ya que parecen ser más interesantes las noticias negativas que las positivas.
Ya es mucho lo que hemos hablado de responsabilidad social empresarial como acción voluntaria que procura ser un eje de desarrollo para enfrentar los problemas de índole ético, social y económico de las comunidades donde nuestras empresas tienen incidencias.
Las empresas de Haina, sin mucho cacareo, han sido un pilar en el desarrollo de una comunidad olvidada por quienes tienen en sus manos el diseño y ejecución de las políticas públicas, desde el punto de vista municipal y provincial.
Grandes centros de producción, zonas francas, puertos, energía, refinería; sin embargo, el aporte del presupuesto generalmente es insuficiente para las necesidades de este importante municipio.
Empiezo por el Cuerpo de Bomberos; con una asignación oficial de cien mil pesos, que apenas cubre míseros salarios. Esto ha motivado a que los empresarios vayamos en auxilio del que por la importancia del municipio debía ser el mejor equipado de nuestros cuerpos de bomberos.
Con la compra de dos camiones a los bomberos, en Málaga, España, pagado por los industriales agrupados en el Parque Industrial de Haina y un local con todas las comodidades y necesidades, cubierto por el Parque de Zona Franca de Itabo, venimos de alguna forma, aunque parcial, a llenar la gran necesidad de un cuerpo de bomberos bien dotado y con salarios dignos del riesgo que corren y que evitan con sus intervenciones. El aporte de ambas organizaciones es cercano a dos millones de pesos, sin incluir lo que costará el mantenimiento de las unidades y los aportes en salario, electricidad y el local en el Parque de PIISA.
La Asociación de Industrias de Haina, por medio de su patronato, ha incidido en múltiples obras de educación, de salud y medio ambiente. Sin embargo, su aporte, callado, pero tremendamente eficiente, lo ha sido en el Instituto Politécnico de Haina (IPHA), cuya idea de construcción sale de un proceso de reflexión entre miembros y directivos de esta asociación industrial, quienes conscientes de la necesidad de la comunidad de programas técnicos, decidieron buscar los recursos financieros que permitieran suplir esta enorme necesidad.
El Patronato Pro Desarrollo de Haina, a través de la Parroquia San Agustín de la Iglesia Católica, bajo la responsabilidad de los Padres Agustinos Recoletos, estableció contacto con la Fundacion Humanismo y Democracia, con sede en Madrid, España y gestionó la donación de fondos con la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y la donación por parte del Ayuntamiento Municipal de Haina, de 7000 mts2 de terrenos en el antiguo Centro Vacacional de esta comunidad para la construcción del politécnico.
La Asociación de Industrias de Haina elaboró un estudio con encuestas para definir las necesidades reales tanto de la población como de las empresas. El resultado reveló la gran urgencia de capacitación debido al bajo nivel técnico profesional que limitaba el acceso al empleo de las personas residentes en el, a tal punto que apenas el 2% de los puestos técnicos eran de empleados del municipio.
El 5 de septiembre del año 2005 se inician las docencias en el politécnico, luego de haber invertido en su construcción la suma de 43,745,000 pesos, gracias al aporte de la Agencia Española de Cooperación, el Gobierno de las Islas Baleares y la Junta de Galicia.
El politécnico consta de 18 aulas, laboratorios de informática, de ciencias naturales, de mecánica y electricidad, biblioteca, salón de maestros, área de oficinas, cafetería, planta de emergencia, parqueos y una importante área verde.
El sector industrial aporta equipos así como recursos para gastos operativos mensuales, para la ampliación de las instalaciones y apoyo en miles de horas para asegurarnos de la calidad de la docencia y que los graduados encuentren plazas disponibles en las empresas por medio de la creación de una base de datos de empleo que garantiza que al momento de la graduación pasen a formar parte de la planilla de las empresas de la zona.
Desde su fundación, el Instituto Politécnico de Haina (IPHA) ha graduado 7,356 estudiantes en mecánica industrial, electricidad, electrónica industrial, refrigeración, informática y contabilidad.
De los graduados, es importante resaltar que un porcentaje importante sigue sus carreras universitarias. Pero un dato aún más importante, es la calidad de la enseñanza donde en el 2015 el 98% de los estudiantes aprobaron las pruebas nacionales en la primera convocatoria.
Los padres no se quedan atrás y como en otras instituciones de esta índole, preocupados por la calidad de la enseñanza de sus hijos, aportan pequeñas cuotas de recuperación para cubrir los materiales gastables de los alumnos y pagar incentivos por desempeño a los maestros. El compromiso de nuestros maestros es tal que mientras en Haina las escuelas se encuentran cerradas por reuniones de los educadores, el politécnico se encuentra siempre laborando.
La calidad de nuestros graduados queda demostrada en que han sido muchos los que se han beneficiado del programa de “Egresados Sobresalientes” del INTEC.
Los maestros son elegidos por concurso tal y como dice la ley, pero lastimosamente en algunas oportunidades se reciben presiones para colocar personal que no ha logrado calificar en los concursos de parte del gremio magisterial.
Nuestro politécnico está cumpliendo con la misión de contribuir a mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales del municipio de los Bajos de Haina. Ya el 52% de los empleados de la zona son de Haina y aspiramos a lograr el 80% y que el 50% de los técnicos y gerentes sean de nuestro municipio.
Sin duda, con el trabajo de todos lograremos sacar a Haina de ser un municipio olvidado a uno que pueda exhibir reducción de la pobreza, menos delincuencia, más trabajo y más esperanza.
