La zafra de Julio 2 inició con buen pie: muchos portentos saltan de la pobreza a una mejor condición de vida en un santiamén.Eso está perfecto. Es la conquista anhelada por muchos con el talento para llegar hasta las Grandes Ligas, donde podrían ser estelares.
Lo único que espero que exista es la conciencia adecuada para que los hoy millonarios no pierdan la perspectiva de lo que deben obtener.
El bono no hace al pelotero. Hay una relación directamente proporcional entre los grandes nuestros y el poco dinero recibido al estampar su firma y existe otra inversamente proporcional entre los que reciben “cuartos como hoja e’palo” y su ascenso al máximo nivel.
Los que pactan por dos cheles trabajan como jornaleros hasta lograr su meta y cuando arriban no se descuidan para lograr lo más importante, que es mantenerse.
Del grupo de montos gigantes hay ejemplos de sobra de un “galloloquismo” rampante. Al segundo pierden la motivación por el esfuerzo, de inmediato se les forma un anillo de sanguijuelas y la francachela impera. El resto es historia.
Apelamos a que los padres de quienes han firmado y firmarán recuerden constantemente a sus vástagos la senda que nunca han de abandonar. Deben empeñarse el doble para ser verdaderos modelos a seguir, ejemplos de comunidades, una actitud que es vista con buenos ojos por el que invierte.
De ser aprobados sus contratos, luego de las revisiones de rigor, cuentan con los recursos para vivir mejor, pero también para educarse. Quien no se educa es un esclavo y en cualquier momento se hunde.
Nunca olvidaré las entrevistas con Pedro Martínez, Nelson Cruz, José Bautista y Carlos Peña, entre otros, a quienes sus tutores les dijeron “la pelota va, pero en esta casa se hace el bachillerato”.
Que no terminen como esas personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Caso Manny
Aplaudo con fervor la insistencia de Manny Ramírez por retirarse de la pelota bajo sus términos…Ojalá y pruebe en la Triple A de Texas que le queda y lo disfrutemos una vez más en las Grandes Ligas.