1. No: Ser una Lady Gaga wannabe
Es cierto, en este tipo de eventos se vale desinhibirte un poco e intentar estilos que, de repente, no te atreverías a llevar en “la vida real”. Ahora bien, eso no quiere decir que para ello debas dejar de ser fiel a tu estilo y convertirte, literalmente, en uno de los pequeños monstruos de Lady Gaga.
Sí: Deja que tu personalidad y estilo brillen con luz propia. La mejor fórmula para saber cuándo tienes demasiadas cosas la dio Coco Chanel hace muchos años: “Antes de salir de casa, mírate al espejo y quítate algo”. A esto, añado otro apartado: opta por una pieza llamativa, y listo. Un tocado como éste de Belkola hará la tarea.
2. Cómoda, pero no tanto
No: ¿Conoces la canción “The Beauty of grey” (la belleza del gris), del grupo Live? Es uno de mis temas preferidos de todos los tiempos, y bien puede aplicarse a todos los sectores de la vida. Ir muy extravagante está sobreestimado, pero lucir como que vas a ver televisión en la comodidad de la sala de tu casa es un verdadero fallo. Ni tanto, ni tan poco.
Sí: Si eres de las fanáticas de la moda que pasa el día completo por los predios de Dominicana Moda, un truco muy práctico para cambiar del día a la noche tu look sin sacrificar tu comodidad, es llevarte unos zapatos con tacón y cambiarlos a determinada hora del día. Es el secreto a voces de las neoyorquinas para darle un upgrade a su vestuario de oficina.
3. Gracias por no aplaudir
No: Aplauso: Palmoteo en señal de aprobación o entusiasmo. Claro que está bien elogiar una colección juntando tus palmas, pero debe hacerse al final de la misma. Un desfile está hecho para apreciarse con todos los sentidos, y los aplausos pueden distraerte de este objetivo (mira aquí las claves para valorar una colección).
Sí: Si no puedes contenerte de mover tus manos cuando ves un diseño que cautivó tu mirada; o al ver a Renata Soñé o a Arlenis Sosa -por ejemplo- contonearse por la pasarela, te recomendamos mantener tus palmas ocupadas. ¿Una alternativa glamorosa? Un abanico de mano.