Al concluir los estudios secundarios algunos adolescentes y jóvenes se ven en el dilema de no tener claro que carrera universitaria elegir para continuar su formación educativa, sumado a que sus padres y amigos también tratan de influir en ellos para que cursen una determinada profesión.
“Tú te vas a morir de hambre”, “Tú no das para eso”, “Esa carrera no tiene futuro en este país”, “Eso no es para nosotros los pobres” y “Esa profesión es muy peligrosa”, son algunas de las expresiones con que son bombardeados los jóvenes cuando externan que le gustaría inclinarse por una determinada profesión.
Otro punto que les inquieta a los jóvenes al momento de seleccionar el área académica en que se especializarán es el factor económico, debido a que muchas veces tienen que dejar de lado lo que les gustaría ser en el futuro para optar por una profesión que se adecúe a sus posibilidades financieras.
Un ejemplo de esa situación es la que vive el joven Manuel Santos, de 23 años, quien cursa el séptimo semestre de Licenciatura en Contabilidad en la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD-. El joven señala que por sus precarios recursos económicos tuvo que escoger esta carrera porque su padre no tenía dinero suficiente para costearle sus estudios y los de sus dos otros hermanos si hubiese continuado la que escogió en principio, que fue agrimensura.
Narra que soñaba con ser un famoso agrimensor y hasta curso un par de semestre hasta que la realidad chocó con él y no tuvo otra opción que cambiarse a contabilidad.
¿Pero qué se debe hacer cuando se tiene dudas sobre cuál carrera cursar? Los expertos aconsejan a los jóvenes en esa situación someterse a un test psicológico, mediante el cual se determinará cuáles son sus aptitudes. Los departamentos de orientación académica de las universidades son los que están a cargo de realizarlas.
La psicóloga Rosalía Peña, encargada del Departamento de Orientación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD-, explica que la academia tiene por norma que cuando los jóvenes están cursando el “ciclo básico” ( que son las asignaturas que deben dar antes de matricularse en una determinada carrera) y no tienen claro la profesión que estudiarán, los psicólogos de esa dependencia le dan seguimiento a través de entrevistas y lo someten a evaluaciones psicológicas, como es el método Kurder, el cual ayuda a medir sus capacidades.
Para la maestra, la selección de una carrera debe ser una tarea muy delicada, debido a que esa será la profesión a la cual la persona se va a dedicar en la vida para obtener el sustento, por lo que entiende que deben elegir estudiar una carrera que les guste y para la cual tengan aptitudes, porque cuando sucede lo contrario el éxito académico y profesional anda muy lejos del individuo.
“Cuando tú estás estudiando lo que a ti te gusta y tú coges un libro, te pones a leerlo y lo lees hasta la última página es porque tú estás aprendiendo algo que te gusta. Cuando a ti no te gusta, ni siquiera compras el libro”, manifiesta.
Otro aspecto que destaca la experta del cual los jóvenes no deben llevarse al momento de su escoger que estudiar es de la recomendación que le hacen los demás de que una carrera le dará más beneficios económicos sobre otra.
Peña afirma que las personas pueden llegar a ser exitosas en todas las profesiones que ejerzan, pero que todo dependerá del desempeño individual que posean.
“Otra cosa que nosotros le trabajamos a los estudiantes es que todas las carreras dan dinero y todas pueden no darte nada, todo depende de ti, de tu capacidad creativa para poner tu conocimiento a producir”, sostuvo.
Insiste que todo dependerá del empeño del estudiante y/o profesional. “Depende de ti, de cómo tú te involucres con tu ejercicio profesional en el medio, como tu ejercicio profesional hable de ti y como se te vaya haciendo la cadena de clientes. No es la carrera la que va a dar el dinero, es el uso que tú hagas del conocimiento que se supone esa carrera te dio”, aduce.
No obstante, reconoce que la condición económica que tenga el estudiante o su familia para sustentar los gastos de una profesión determinada es un factor que, aunque no se quiera, influye.
“Lo primero es que se concientiza al joven es sobre que él tiene que elegir lo que le gusta y lo que él puede, porque puede gustar le algo pero no poder hacerlo, pero lo ideal es que elijas lo que le gusta, con lo que tiene un proyecto de vida, un plan, un sueño, porque cuando se trabaja en algo que no le gusta se trabajas aburrido, pero cuando se hace lo que le gusta se levanta feliz haciendo lo que le da placer y eso lo lleva al éxito”, sostiene.
Otro error que entiende que no deben incurrir los jóvenes es escoger una carrera porque otra persona allegada a ellos lo haya hecho, porque tal vez no tienen las mismas aptitudes.
Recomendación a los padres
La maestra Rosalía Peña recomienda a los padres no imponerles a sus hijos que estudien una determinada carrera universitaria, sino que los dejen elegir lo que a ellos les gusta, porque esto le podría garantizar más éxito profesional.
“Ese es un punto que nosotros le tocamos muy fuerte, porque aquí en todas las familias quieren tener un médico, un abogado, entonces, okey su papá quiere que usted sea médico, pero si sus capacidades no son las que exige que tenga un estudiante que va a la carrera de medicina, a lo mejor sus capacidades, sus competencia son para la carrera de arquitectura, es posible que usted se vaya a medicina y la pase y cuando termine vaya colgar el título en su casa”, señala.
Sostiene que todas las carreras tienen una serie de condiciones que si las personas no las tienen, el fracaso le irá “tocando los talones”, tanto en su proceso como estudiantes, así como en su labor profesional.
No obstante, la psicóloga reconoce que hay padres que son buenos para distinguir las habilidades que poseen sus hijos y le dan buenas recomendaciones para ayudarlos en el proceso de selección de una determinada carrera.
“Algunos son sabios, observadores, que ven las habilidades, las destrezas que tienen sus hijos y, de acuerdo a eso, le dice: mira tú daría perfecto para tal cosa, porque tú tienes tal o cual cosa y lo orientan de manera correcta, pero hay papás que tienen un sueño en la cabeza de que sus hijos sean algo que ellos no pudieron ser”, dice y atribuye ese accionar a que quieren que sus vástagos sean lo que ellos no pudieron ser.
“Es muy propio tu querer ver ese sueño cumplido en tus hijos, pero si tus hijos no tienen la condición para eso que quisiste ser, los estás sacrificando. Entonces el muchacho quiere complacer al papá, lo quiere obedecer y van nadando contra la corriente en algo que no les gusta y esa es una lucha titánica que nosotros tenemos con los estudiantes”, agrega.
No obstante, Peña reconoce que muchas veces los padres tienen que orientar a sus hijos para que escojan una profesión que ellos puedan costear, porque no tienen los recursos económicos suficientes.
“Darle la libertad de elegir y orientarlos, porque un papá puede tener un hijo que quiera estudiar una carrera de alto costo y el papá se puede sentar y decirle yo sé que eso es lo que te gusta, pero que no puedo sostenerse esa carrera”, añade.