¿Qué diferencia al progresista del conservador?

Es frecuente que entre militantes y miembros de organizaciones progresistas confundan logros, sin percatarse de que esos logros pudieran ser perfectamente también de una organización conservadora.La modernización de un país, su institucionalización,&

Es frecuente que entre militantes y miembros de organizaciones progresistas confundan logros, sin percatarse de que esos logros pudieran ser perfectamente también de una organización conservadora.

La modernización de un país, su institucionalización, la transparencia, la estabilidad y crecimiento macroeconomíco, la gobernabilidad y la democracia, pueden ser objetivos a alcanzar por conservadores como por progresistas.

El partido progresista gobernando debe propiciar construcción de infraestructura vial, con autovías modernísimas, pasos elevados y túneles; edificaciones cercanas o iguales de países desarrollados; propiciar un sistema jurídico constitucional y de transparencia e institucionalización; adecuarse a la globalización y a mercados comunes; suplir solidariamente con alimentos a la población vulnerable; y facilitar el crecimiento económico sostenido del PIB.

Eso mismo lo hace un partido conservador; también modernidad y hasta “progreso”, que no es ser progresista. Veamos dónde reside la diferencia. Apelemos a lo que algunos autores dicen:

“…asumo con Bobbio (Izquierda y derecha, Tauros, 1998) que el criterio básico diferenciador de la izquierda y la derecha lo define la postura frente a la igualdad. Ser de izquierda entonces se identifica en lo esencial (…) como una postura que asume la defensa de la igualdad, lo que no debe confundirse con el igualitarismo (‘todos somos iguales en todo y para todo’). Por tanto, esta postura entiende que la desigualdad es en lo básico un asunto social, no natural. De aquí el establecimiento de un programa donde lo central es, en la perspectiva social, la lucha por la igualdad de oportunidades y, en consecuencia, la lucha contra todo tipo de exclusión social y económica” (Wilfredo Lozano, La izquierda latinoamericana en el poder).

Rodrigo Borja (“Enciclopedia de la Política”, Fondo de Cultura Económica, 1997) dice: Las personas o ideas progresistas “buscan eliminar los defectos de una sociedad injustamente organizada -con toda la estructura del atraso político y social a cuestas- para reemplazarla por órdenes socioeconómicos más equitativos y sensatamente dispuestos”.

Puede pensarse que si ser progresista es superar la exclusión social, eso lo puede hacer también un partido conservador. Sin embargo, no es así. Para superar la exclusión social el Estado tiene que adoptar reformas fiscales que le permita los recursos presupuestales para políticas públicas a ser aplicadas contra la exclusión.

Los conservadores sólo favorecen que la recaudación sea regresiva; eso significa que el pueblo sea quien pague y ellos en menor proporción; cuando es progresiva descansa más en los ricos y cierra brechas de desigualdad. Medidas fiscales progresivas significa hacer más eficiente el Estado en garantizar oportunidades en el ejercicio de los derechos fundamentales, como salud, educación, empleo, vivienda, alimentación, transporte, seguridad ciudadana y vial, servicios energéticos y agua potable. Si el Estado no puede proporcionar la calidad de esos derechos, se está creando un gasto que constituye una tributación indirecta.

Los conservadores saben cuando el gobierno es conservador, porque no le aplica medidas impositivas, más bien los subsidian (gasto fiscal). Pero los progresistas se engañan con temas de distracción mediática, como el aborto, el respeto a la condición gay y otros.
Ser progresista es lograr superar la exclusión social. Para eso hay que imponerles tributos sobre los beneficios de las riquezas del trabajo de todos, y que va a parar a unos pocos ricos. No hacerlo es ser conservador. El progresista fomenta una sociedad de oportunidades. l

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