Lorenzo Gómez Marín es un visionario, un trabajador incansable, siempre enfocado en las metas que desea alcanzar, y no desiste hasta lograr su objetivo. Este empresario dominicano, que durante un tiempo de su vida vivió en el extranjero, un día decidió volver y probar suerte en su país.
Al llegar a su patria, emprendió su propio negocio, con unos cuantos amigos y un capital modesto, pero con la seguridad de haber tomado la decisión correcta. El paso de los años, el crecimiento y posicionamiento de su empresa, Logomarca y una cartera de socios y clientes que por 25 años se ha mantenido fiel, constituyen el motor que le mueve cada día a seguir adelante.
Háblenos de sus inicios en el trabajo que realiza.
El inicio de la empresa fue en julio de 1986, después de ponderar con mucho cuidado la visión que habíamos concebido para llevar a cabo ese sueño que recibió por nombre Logomarca. Al año de operaciones ya podíamos exhibir cierto nivel de progreso y, sobre todo, de confianza de parte de nuestros clientes; siendo de los principales logros un contrato con el Banco Central, para darles servicio de mantenimiento a todas las máquinas del departamento de Emisión y Caja. Ese contrato data de 1987 y se renueva año tras año hasta el día de hoy, aunque con algunas variaciones.
Cuéntenos de los comienzos, ¿cómo percibió la gente este tipo de mercancías?
Más que percibir la gente el tipo de mercancías que ofertamos en la carpeta de iniciación, diría que aparecimos con unos productos que eran necesarios en las operaciones cotidianas del mercado y que muy pocas personas estaban en conocimiento de su existencia, o de su capacidad para satisfacer necesidades. Es decir, comenzamos con artículos que al momento eran una novedad, incluyendo los sellos pretintados y poliméricos, que iniciaron la decadencia del uso de la almohadilla.
¿A qué atribuye el éxito alcanzado en su trabajo?
A la honestidad. Creemos en el trabajo tesonero y honesto. Respetamos a nuestros clientes, suplidores, recursos humanos y a los competidores. Innovamos constantemente. Instruimos y educamos a nuestra empleomanía, asesoramos a nuestros clientes. Nuestros servicios y productos son de primera calidad, muchas veces cuestan más que los de la competencia, pero a largo plazo salen mucho más baratos, pues con la calidad y garantía que ofrecemos, compensamos aquello de que lo barato sale caro.
Existen otras empresas de este tipo en el país, ¿qué opina del trabajo que realizan?
Existen varias empresas que se dedican hoy día a estos menesteres. Hay algunas que no tienen tanta calidad, pero hay otras que son muy modernas y activas en el mercado. Sentimos orgullo de haber abierto compuertas y servir de modelo a empresas colegas que al igual que nosotros, estamos luchando por crear riqueza y empleos para la nación.
Recientemente celebraron el evento ‘‘Pluma de la Excelencia’’, ¿cómo surge este premio?
El premio Pluma de la Excelencia surge por la necesidad de satisfacer la inquietud de servir de puente promocional de esa actividad creativa que se manifiesta en los literatos y que el cliché popular establece que no armoniza con la gente de empresa. Algunas instituciones siembran árboles, otras limpian playas, nosotros queremos promover y reconocer a quienes a través de la literatura y el periodismo nos sirven de orientadores o proveedores de mensajes que nos ayudan a ser mejores y más justos seres humanos.
¿Qué se toma en cuenta para otorgar este premio?
Tomamos en cuenta la carrera literaria al escoger a los galardonados. Qué y cuánto han escrito, si orientan a la sociedad y si son ejemplos de enseñanza para sus semejantes.
¿Quiénes han sido distinguidos con este reconocimiento?
En el 2007 los galardonados fueron Mariano Lebrón Saviñón, Marcio Veloz Maggiolo y Víctor Villegas. En el 2008, Jacinto Gimbernard , Adriana Mu-Kien Sang y Fernando Pérez Memén. En 2009, Miguel Guerrero, Ángela Hernández y José Mármol. En 2010, Inés Aizpún, José Alcántara Almánzar y Rafael Molina Morillo, y este año, los galardonados fueron Miguel Franjul, Jeannette Miller, Mateo Morrison y Rafael Solano.
¿Cada qué tiempo se entrega este reconocimiento?
El premio es anual y lo hacemos junto a nuestro concesionario A.T. CROSS Company, lo realizamos en octubre o noviembre, aunque este año fue el 28 de septiembre.
¿Qué aspira legar a las futuras generaciones?
Queremos dejar una huella. Un sendero detrás de nosotros que indique: Sí, se puede!. Y ese “se puede” es más importante cuando lo logras golpe a golpe, metro a metro y al final puedes mirar de frente, sin temor a que te señalen.
Muy personal
Un libro
El Quijote, por divertido y didáctico.
Un día de la semana:
El lunes.
Su familia:
Es el impulso y el sentido de la vida.
Su trabajo:
Es la fuente revitalizadora que provee la inspiración.
Nunca olvida:
Mis orígenes.
No cambiaría por nada:
Nunca cambiaría el propósito permanente de obtener la felicidad.